
Hace tiempo que la Cuarta Transformación debió llegar al Congreso Local, pero por lo que hemos podido presenciar, no ha podido ser por completo, debido a los perfiles tan absurdos que han llegado a ocupar una curul, tanto en el plano local como en el federal, y lo malo es que estas garrapatas han aprendido a chupar del erario público.
Da pena ajena ver como una diputada se esfuerza cada día por convertir al Congreso Local en la sede de sus bufonadas, da pena escuchar la forma en que lee iniciativas con temas que debería dominar pero da más pena la actitud con la que se maneja en un recinto oficial.
Debemos reconocer que en algún momento tuvimos la esperanza de que con la salida de ciertos diputados y diputadas, llegaran relevos de alto nivel, pero, a cambio, sólo pudimos obtener a la diputada que se maquilla en plena sesión o la que expone a su hija partiéndole un pastel de cumpleaños en plena sala de Diputación Permanente, que es la misma que coloca a su familia como empleados del Congreso.
Sharon Macotela Cisneros ha roto paradigmas en cuanto a lo surreal que puede llegar a ser un diputado en el Congreso Local y en lo degradante que puede resultar que un perfil sin la mínima idea política ocupe, como una beca bien pagada, la curul que se le asigna y desde la cual sólo levanta la mano o pronunciarse a favor o en contra de X o Y iniciativa.
Con perfiles como este, las promesas de la Cuarta Transformación se las lleva el viento: ¿En verdad los hidalguenses no merecemos más? ¿En verdad no había otros perfiles que pudieran dar la cara por un proyecto político en construcción? Si con Corina ya se creía que había sido suficiente, hay legisladores que dicen “quítate que ahí te voy”.
El problema con estos perfiles utilizados por la maquinaría política como títeres levanta manos es que, en gran o poca medida, se les otorga poder y con el mínimo o máximo (cuando aprenden a utilizarlo) se sienten amos y señores del universo, así está ocurriendo con la diputada en cuestión ya que para ella todo se arregla con un “está chido” y la evasión de cualquiera de sus responsabilidades, definitivamente sabe bien que su papel es levantar la mano y leer (como Corina) iniciativas de las que no tiene la menor idea de lo que tratan.
Mientras un perfil se consolida como el bufón ignorante del congreso (con riesgo de rebasar a uno de apellido Baptista- aunque ambos son de la región-), en la vida política de Hidalgo suceden otras cosas, las campañas políticas rumbo a la gubernatura han comenzado, por fin un perfil se acepta “con orgullo fingido” ser un cantante consumado al que lo único que le queda es “cantarle a los políticos sus verdades”; eso sí, sin hablar de su propia experiencia mientras otro continúa igual de Verde que antes de que asumiera la candidatura por el partido del tucán.
En tanto, los candidatos que las encuestas dan con mayor ventaja continúan sus campañas. Y en general, nada nuevo para Hidalgo, se habla de justicia histórica en un estado que ha estado gobernado por el mismo de siempre, se hacen promesas que se han hecho siempre, emiten propuestas que no son nada nuevas en Hidalgo y que hacen parecer que los gobiernos que han pasado no han dejado legado alguno a favor de la ciudadanía.
Todos hablan de cambio, todos prometen dar golpes contra la corrupción, hacen señalamientos, otros confían en sus virtuales ventajas y esperan votos en cascada por un perfil que todos ya saben quién es, así ha pasado poco más de una semana de campañas, así que no queda más que observar la forma en que los aspirantes y la aspirante a la gubernatura buscan ganarse la confianza de la gente para obtener sus votos el próximo seis de junio.
En fin, lo único de lo que podemos estar seguros es de que las promesas se las lleva el viento y no sólo en Pachuca la Bella Airosa sino en todo el país…