IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO
El emprendimiento laboral de las mujeres surge como consecuencia de la carga de labores domésticas y de cuidado no remuneradas que enfrentan en razón a los roles y estereotipos de la cultura machista y patriarcal, cuyos efectos dada la necesidad económica se convierte en una oportunidad de inserción en el mercado laboral informal, quienes buscan vincular sus tareas con la actividad económica para generar ingresos.
El Instituto Mexicano para la Competitividad AC, en su estudio de marzo 2021, encontró que las mujeres emprendedoras representan el 26 por ciento del total de las mujeres ocupadas en el país, y el 86 por ciento de ellas opera en la informalidad que representa 4 millones 286 mil emprendedoras ocupadas en una actividad económica sin reconocimiento legal, lo que se convierte en una gran barrera para el crecimiento.
La informalidad está vinculada con menores niveles de productividad, salarios, falta de acceso a herramientas que permitan el acceso a nuevos mercados, a diferencia del sector formal donde a través de financiamiento y capacitación se consolidan sus emprendimientos y autonomía económica, enmarcando una diferencia de ingresos promedio a 2.5 veces más que el trabajo informal.
Los giros del trabajo informal de las mujeres emprendedoras que incluye la producción, fabricación y venta de alimentos, apuntalan a que muchos de ellos son inventados desde de su creatividad que, ante la falta de tiempo y dinero para su registro, así como por la falta de conocimiento para realizar el proceso, sus derechos de propiedad intelectual se ven violentados. Las causas son el alto costo de trámites administrativos en tiempo y dinero, la falta de acceso al financiamiento, y a la capacitación.
En este sentido, el registro de marcas tiene una importancia intangible en el crecimiento económico de un negocio o empresa, la marca es la propiedad del conocimiento que se debe cuidar y proteger, ya que los productos se identifican de forma visual para distinguirlos de otros y así elegirlos por sus marcas que pueden ser nominativas innominadas, tridimensionales y mixtas, dando así un uso exclusivo al usuario.
Las mujeres emprendedoras dentro de este proceso, desconocen que la vigencia de la marca es de diez años pudiéndose renovar para distinguir a los productos de otros, y así facilitar alguna acción legal por alguien que le diera mal uso y que, por el contrario, con el registro de propiedad intelectual se permite la competencia con autorización y pago de regalías.
La marca genera una identidad con el producto, empresarios y consumidores por la fidelidad de la calidad y satisfacción. Las marcas distinguen los productos que tanto personas físicas y morales ofrecen, como las marcas colectivas que las mujeres organizadas crean con una sociedad reglamentada para producir, fabricar, vender o comercializar con estándares de calidad y precios de venta, con un producto de igual calidad y precio.
Además de ello con las reformas de 2018, y Normas oficiales mexicanas disponibles en diversos catálogos, las marcas de certificación pretenden elevar la calidad de sus productos, dando un valor agregado con el sello de certificación a los productores y usuarios que pueden distinguir a su región o país.
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