
FAMILIA POLÍTICA
En el discurso actual, cuyo punto de origen es mayoritariamente el Poder público, se maneja una serie de conceptos por naturaleza sustantivos, que se tornan en adjetivos cuando tienen como objetivo no la verdad, sino el denuesto, la ofensa y, en general, la búsqueda de una confrontación. En este momento, yo mismo estoy utilizando uno de esos términos sin un fundamento lingüístico; simplemente porque el uso constante de las palabras nos da tal familiaridad, que las utilizamos sin realizar el mínimo estudio semántico acerca de ellas; seguramente lo mismo acontece con quienes forman la opinión pública desde los medios de comunicación hasta, y con mayor sinrazón, las redes sociales.
En este orden de ideas me propongo, de manera somera, hacer un análisis simplificado de lo que son algunas de las principales ideologías, sin omitir, en primer lugar, notas del concepto mismo.
En principio, diremos con el Doctor Jorge Fernández Ruiz, que “Se pueden entender las ideologías como conjuntos de ideas fundamentales, aspiraciones, valores sociales, creencias y sentimientos compartidos por los integrantes de una organización social o política, para alcanzar determinados fines y objetivos”. Desde la antigüedad, siempre se han orientado a las diferentes formas de gobierno; la más conocida tipificación de ellas, es la de Aristóteles. El célebre filósofo identificaba las puras y las impuras (o corrompidas); las primeras obedecen al interés general, las segundas, al particular; las formas puras son: Monarquía, Aristocracia y Democracia. Cuando tales formas degeneran, se convierten en: Tiranía, Oligarquía y Demagogia, respectivamente. Las formas puras de gobierno tienen en común con las impuras, que la autoridad suprema del Estado se encomienda a: a) un solo individuo. b) a pocos individuos. c) a muchos individuos.
Etimológicamente, Ideología se puede entender como la Ciencia que trata del origen y clasificación de las ideas. La Real Academia Española la define como el “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza al pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso, político, etcétera.
Mucho tiempo después, el alemán H. Lübbe, la explica como una interpretación aparentemente científica de la realidad, al servicio de una finalidad social práctica, que se ha de legitimar retrospectivamente.
En el pensamiento marxista, la ideología es un sistema de interpretación de la situación socio-económica, o sea, una parte de la conciencia social, cuya base se asienta en las condiciones de la vida material de la sociedad y refleja las particulares del régimen económico, dada la división de la sociedad en clases; la ideología tiene un “carácter de clase”; según el marxismo, la ideología dominante es la de la clase que gobierna, la cual propende a imponerla a las demás.
Algunos autores, como Giovanni Sartori, contraponen la ideología con el pragmatismo y advierten que las colectividades guiadas por creencias ideológicas, se caracterizan por su dogmatismo y alta dosis pasional, en contraste con las colectividades pragmáticas que carecen de ideología.
El mundo de las ideologías parece infinito; pero algunas han sido adoptadas generalmente por colectividades o movimientos en diferentes épocas y países, por lo que al trascender en el tiempo y en el espacio, cobran notoriedad y permanencia en el pensamiento político universal. En este marco conceptual, mencionaré algunas con mini notas, para su comprensión elemental. Profundizar está lejos de los objetivos de este artículo.
ABSOLUTISMO: Ejercicio arbitrario e ilimitado del Poder público (Europa siglos XV al XVIII). En lo político, se basa en la Monarquía absoluta; en lo económico, en el Mercantilismo. La administración pública está por encima de todo.
LIBERALISMO: Reduce al Estado a su mínima expresión (sus representantes son Quesnay y Adam Smith). El individuo es origen y destino. El todo se subordina a la parte. Es una reacción contra el absolutismo.
SOLIDARISMO: Los excesos del Liberalismo feroz e individualista, después de las revoluciones del siglo XIX en Europa, como la que tuvo su epílogo en la Comuna de París, originaron cambios impregnados de un fuerte sentido social que dieron lugar a la aparición del Estado intervencionista, en el que se advierten tres tipos diferentes: el Socialista, el Fascista y el Estado de bienestar (o Estado social de derecho). La esencia del Solidarismo puede resumirse en la expresión “Todos vamos en el mismo barco”. La parte tiende a unirse con sus semejantes para construir un todo al servicio del bien común. Esta última frase, en la actualidad, se ha convertido en paradigma de un partido político en México.
SOCIALISMO: Se apoya en la propiedad social de los medios de producción (bienes que producen otros bienes.) Se suprime la propiedad privada de dichos medios. El Socialismo representa el primer estadio de la sociedad comunista.
COMUNISMO: Representa el estadio superior de la sociedad humana, aspira a una sociedad sin clases. El pueblo es el único propietario de los medios de producción. La distribución se hará de acuerdo con el principio marxista: “De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según su necesidad”.
FASCISMO: El Estado se diviniza y el hombre deja de ser el centro para convertirse en un elemento más a su servicio. El 14 de noviembre de 1933, Benito Mussolini pronuncia un discurso en donde contiene la siguiente expresión: “Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”. Esto es: gobierno de élite, Totalitarismo, Racismo e Imperialismo, oposición al derecho y al orden internacional. En este escenario, Don Miguel de Unamuno, Rector de la Universidad de Salamanca, dijo: “Esta guerra no es internacional, tampoco civil, sino incivil. Vencer no es convencer; convencer es lo que debería hacerse, más no podía convencer el odio que no deja lugar a la compasión, el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora”. En aquel momento, uno de los legionarios lanzó un estridente grito con el lema de la legión española “¡Muera la inteligencia, Viva la muerte!” Unamuno continuó: “A veces callar significa mentir. Dejemos aparte el insulto personal. Acabo de oir el grito necrófilo e insensato ¡Viva la muerte! Esto suena a lo mismo que ¡Muera la vida!”.
NEOLIBERALISMO: Hoy es una de las ideologías triunfantes en la conformación del Estado; más temprano que tarde habrá de desgastarse, porque no puede perpetuarse un esquema que, en aras de la libertad, del enriquecimiento insultante de unos pocos, arroja a los abismos del desempleo, la ignorancia, la insalubridad, la miseria, la hambruna… a millones de seres humanos.
Como ya dijimos, ésta es una tipología ejemplificativa, no limitativa; el campo de las ideologías es muy amplio; su validez en cuanto a la verdad, es mínima. Su justificación es el Poder.