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RETRAROS HABLADOS
La “oposición” política en la era de Morena en el poder, ha presentado un rostro pleno de solidaridad con un gobierno, el caso de Hidalgo, que los desplazó del poder; un rostro que resulta no solo curioso, sino de plano sospechoso, cuando plantean que, pese a sus denodados esfuerzos para traer más presupuesto, han topado con pared porque los legisladores morenistas prácticamente los han saboteado.
Difícil aceptar que ese sea el camino para generar la simpatía del ciudadano que votará en el 2024, porque ni se sitúa en el tiempo ni la coyuntura política del país y nuestro Estado, al querer ser los defensores de la buena voluntad y los bien intencionados, y que los otros son tan malos, que ni a un gobernante emanado de sus filas aceptan que se le ayude.
Es inocentón proceder de esa forma, porque del carácter belicoso se pasa al de bondadoso, en casi plena temporada electoral, y porque en estos tiempos de poca credibilidad para cualquier asunto político, de repente observar en el escenario a quien poco falta para dirigir parábolas de bienaventuranza, sólo lleva a la sospecha.
Impulsar a toda costa una confrontación del gobernador con su propio partido es absurdo, porque ni ellos lo hicieron, y tampoco lo harán, por la simple y sencilla razón que sería un paso al voladero.
La oposición es eso: oposición. Y recurrir a estrategias tan primitivas para colocarse, de repente, en el apartado donde solo buscan hacer el bien sin mirar a quien, es equivalente a querer verle la cara de zopencos a quien así lo quiera aceptar.
Su camino debe ser otro, no tender trampas o tirar el anzuelo para ver si al que según solo buscan ayudar, cae en el garlito.
Tiempos descompuestos estos que vivimos, pero que no por eso pueden derivar en la recomposición de todo el ejercicio político, donde el jefe político de cada uno de los gobernantes del país emanados de Morena, es y debe ser el presidente de la República surgido de sus filas. Es un principio básico de disciplina, en el buen sentido de la palabra, que ha funcionado, con todo y que hoy, los que antes lo siguieron a pies juntillas, clamen porque sea de otra manera.
No será así, y lo saben.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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