LAGUNA DE VOCES

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LAGUNA DE VOCES

El telescopio James Webb

En poco tiempo podremos mirar el pasado de nuestro universo, la formación de las primeras galaxias 100 a 200 millones de años después del Big Bang. 

A punto de llegar a su órbita estacionaria, a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, desde la que se asomará a tiempos idos, el telescopio James Webb, es unas de las obras tecnológicas más importantes de los últimos tiempos en el planeta, que por muchas razones hace renacer las esperanzas en la raza humana, siempre curiosa y decidida a conocer y reconocerse como parte de una creación que algunos pueden achacar al azar, pero que a más investigación como la que hoy celebramos, desemboca en el misterio de manos divinas.

Nunca, desde la invención atribuida al humilde artesano holandés Hans Lipperhay en 1608, habíamos experimentado una emoción tan grande como la que hoy, muchos de los que se asoman por las noches al cielo en espera de mirar alguna señal de las estrellas, los mantiene en vigilia a la espera de que el James Webb se estaciones justo a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, despliegue sus catalejos y mire por nosotros para intentar encontrar la luz que hace millones de años se elevó en la noche insondable del origen del universo.

Porque en estos tiempos de pandemia y muerte, nada nos podría acercar a un poco de serenidad como traer a nuestra vida cotidiana, simple de mortales, las imágenes de un pasado del que somos producto, un origen que nos es común, y que tal vez por esa razón, nos acerque un poco a las raíces que nos convirtieron en seres humanos pensantes, capaces de admirarse con cada uno de los elementos que le dieron vida, capacidad de admiración y el digno orgullo de saberse parte de un polvo estelar, nacido de galaxias que crecieron y se hicieron nada, no sin antes despedir una luz esplendorosa que hablaba de su logro real y sincero, cuando alguien se asomó para celebrarla en el mar sin fin del universo.

Esa es la razón vital de esta nueva empresa humana. Porque asomarnos a nuestro pasado, mirarlo, es la única garantía de que pueda detenerse la irrefrenable carrera de los que pretenden la destrucción de la nave azul en que navegamos día a día, año con año, por el pequeño vecindario del Sistema solar, pero del que, desde ahora, cuando el James Webb se despliegue, podremos confirmar nuestra fe absoluta en que un diseño único y celestial, construyó una casa tan hermosa, tan viva, que aún difunta en el pasado, nos da noticias del origen de todo, de nosotros por supuesto.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.m

@JavierEPeralta