* Mantenimiento a la memoria RAM
Con mucha regularidad el ser humano borra toda memoria de lo que hizo o pensó hace uno, dos, tres, cuatro, cinco años, porque es importante poder olvidar, desaparecer los recuerdos RAM que se almacenan en la biblioteca de lo inmediato que nos permite interactuar con nuestros semejantes sin trastabillar, y dejar en claro que los conocemos tan a fondo que sabemos de sus gustos y preocupaciones. En realidad es una forma de hacer pensar al otro que nos importa, pero es una simulación para que el engranaje de la vida en sociedad funcione.
Recordamos a muy pocas personas de manera sincera, porque llenar de caras y gestos de sepa Dios quién demonios es éste o ésta la carpeta de los recuerdos, acabaría por borrar los realmente importantes, eso que nos hacen seguirle en la vida aunque con muy pocas probabilidades de comprender el por qué o el para qué.
Ahora resulta que las redes sociales se meten en lo que no les importa, las aplicaciones como las de música que incluso nos ofrecen “Tu Top de Canciones 2018”, “Tu Top de Canciones 2017”, como si hiciera falta decir que nos gusta Fito Páez, José Alfredo, Bach, Silvio, Serrat y los de siempre, porque llega un momento en que difícilmente se cambian los gustos.
Si es en el face las cosas son iguales y hasta peores, porque nos lleva un día cualquiera a leer lo que escribimos hasta el primer año que nos trepamos a esa plataforma, en que todos nos fisgoneamos nomás para tener constancia de que todos pueden seguir la vida sin uno, y uno sin ellos.
Algún día seguramente tendremos que preguntarnos cómo le haremos para borrar con anticipación todos los rastros que dejamos de nosotros en cuanta cuenta abrimos, porque convertirnos en difuntos y de pronto aparecernos a pobres que nos aceptaron como camaradas de la internet ha de ser cosa de espanto.
Entonces resulta imprescindible que se legisle el derecho a una muerte anticipada en las redes sociales, para poder sacar la escoba y barrer todas la locuras que un día cualquier nos dio por publicar quién sabe con qué fines. Será un derecho humano al que todos tengamos acceso para morirnos a gusto, sin la pena de que algo aparezca de nosotros y nos haga retorcernos de rabia en la tumba.
Derecho a que nos olviden como esos tiempos pasados en que el muerto se iba con sincero respeto y regularmente para siempre. Vaya pues que si es asunto de descansar en paz, será muy complicado si se persiste en la intención de que todo lo que ponemos en nuestra cuenta de la red social que se le ocurra, es guardado con cuatro candados y sin que nos avisen.
Debo confesarle que las primeras veces que me encontré en el face con eso de “tus recuerdos” o algo así por el estilo, celebré que me recordaran algo de hace muchos años, lo que traía en la mollera, la singular maña de pensar que cada acto de la vida deveras merecía quedar plasmado en letras de oro.
No era cierto, pero como todos buscamos ser inmortales a la de a fuerza, encontramos en el gran bibliotecario de nuestras esperanzas que es el internet, la fuerza suficiente para decirnos que era asunto de ese misterioso personaje que guarda todo sin avisarnos.
Y lo peor: hay una epidemia de memorias RAM saturadas, que nos obligarán tarde o temprano a borrar tantos datos inútiles, y como una buena parte no sirve para maldita la cosa, estoy muy seguro que acabaremos por borrar todo y santo remedio.
Todo en la vida debe ser asunto de poder seleccionar lo que valga y lo que no, para que en un futuro nada lejano podamos estar a gusto con lo que se aparezca en nuestras redes sociales y digamos con legítimo orgullo: “Eso lo seleccioné yo, no una máquina o un algoritmo, y por eso, nadamás por eso se queda, faltaba más y faltaba menos”.
De vez en cuando resultaría importante y saludable, hacerle mantenimiento a los recuerdos inmediatos que se guardan en esa memoria de 4, 5 , 6, 7 u 8 megas que es la de tipo RAM.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta