LAGUNA DE VOCES

  • Perder la memoria

He perdido la memoria, me dijo por mensaje un amigo de la universidad, si te lo cuento es porque mi esposa me dijo que debería buscar recuerdos en las persona que me conocían, pero en realidad no sé quién eres ni qué puedo sacar de platicar contigo. Si te digo que es mi esposa la del consejo, es porque así debe ser, trae siempre un letrero que le cuelga del cuello donde dice ´soy tu esposa´, y entonces debo creerle porque de lo contrario nunca voy a encontrarme, si es que estoy perdido. La verdad, te lo cuento, es que me acuerdo de muchas cosas, pero los que están conmigo me insisten que nada tienen que ver con mi vida, que seguramente del golpazo que me di (aseguran que me caí), las neuronas hacen corto de manera constante y producen algo que confundo con la memoria, pero no es memoria, es como si de pronto presionaran un botón y aparecieran a la luz sombras que antes eran eso, puras sombras. Debo insistirte que si me comuniqué contigo fue por la insistencia de que los viejos amigos (dicen que tú eres uno) ayudarán mucho a que regrese el que antes fui. Pero si el asunto es que debo ser justo, la verdad es que estoy feliz. No me arrepiento de nada porque no me acuerdo de nada, tampoco siento que sea un fracasado. Es más, ni proyectos tengo si es que algún día puedo saber quién soy yo en realidad, pero espero en Dios no ser el que dicen que soy. Para contactarte tuve que hablar con un montón de personas y comprobar que mi vida, de ser la que dicen que es te insisto, ha sido un desperdicio. Nada interesante, pláticas absurdas de viejos que justifican todo por la razón que les viene a la mente, que si no llegaron a ser grandes periodistas fue por la familia, por la pobreza, por un montón de cosas que en realidad no me importan. Te digo que así, sin identidad comprobada, soy feliz, y no el que se ve en las fotos con cara de arrepentido en la fiesta de titulación de la escuela, en su boda, en bautizos, en quién sabe cuánto evento al que se ve que yo no fui, si acaso el otro que no tengo interés alguno en conocer. El hecho es que me obligaron a contactar con todos los de un grupo de internet que según son ex compañeros de la escuela, y así apurar mi recuperación. Espero no ser el que dicen, pero si lo soy ya ni modos, tendré que pagar lo que yo nunca hice. Sólo te pido mandes de regreso una carta donde confirmes que soy el que soy, lo que no te agradeceré pero otros sí.

            A mi amigo decidí contestarle pasado un mes, porque a todas luces iba a resultar injusto lo que le dijera. Sin embargo supe que pocos en la vida tenemos una segunda oportunidad. Así que tan solo en unas cuantas líneas le dije: “Siento mucho su situación. Debe ser terrible despertarse un día sin saber quién es o qué pasó en su vida. Pero la verdad es que no lo conozco. Fui amigo de una persona con su mismo nombre, pero que en definitiva no es usted. Mi amigo falleció hace tres años con cinco meses, y por lo tanto es imposible confirmar su identificación con la de él. Lamento no poder hacer nada por usted y espero que algún pueda recuperar la memoria”.

            No volví a saber del amigo que tuve en la universidad. Desapareció, igual que su correo, y cuanta forma hay de presentarnos en la internet. Después me dijeron que un día se le escapó a su familia, a la que envió pasados tres años una carta en que les agradecía que le hubieran dado hospedaje y ayuda durante su enfermedad, pero que estaba totalmente curado, y que además era muy feliz.

 

            Mil gracias, hasta mañana.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

 

CITA:

No me arrepiento de nada porque no me acuerdo de nada, tampoco siento que sea un fracasado. Es más, ni proyectos tengo si es que algún día puedo saber quién soy yo en realidad, pero espero en Dios no ser el que dicen que soy. Para contactarte tuve que hablar con un montón de personas y comprobar que mi vida, de ser la que dicen que es te insisto, ha sido un desperdicio.

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