
ALFIL NEGRO
Mi pueblo tiene alma de agua,
Del agua de su laguna,
Donde viven peces blancos
Con alma de plata pura,
Y otros peces colorados
Del oro de la montaña,
Y otros siempre luminosos
Diamantes, escamas vivas.
Es nuestra vieja laguna
Con un islote en su medio,
Y patos que van y vienen
Caligrafía del misterio,
Y en las noches luna entera
Dice y cuenta la leyenda
Que canta y nada nadando
Una sirena de luces,
Con una corte de peces
Y un coro de patos negros.
En el pueblo desde niños
Nos enseñaron los padres,
Que tenemos como herencia
Esa laguna de estrellas,
Y conforme pasa el tiempo
Aún lejos de este pueblo,
Llevamos dentro del alma
La imagen de la laguna,
Dentro de un cráter de fuego
Donde lavan las mujeres,
Y los niños se divierten
Con piedras a los “patitos”
Todo empieza y todo acaba
En aguas de la laguna,
Que conoce nuestra historia
Nuestras penas y alegrías,
Sabe del niño que nace,
Del anciano que nos deja,
De las fiestas y velorios,
De los buñuelos de azúcar
En sartén de navidades,
Y llegan hasta sus aguas
Historias y vida diaria,
Y en la capilla del pueblo
La laguna es Tiberíades,
Donde el maestro bendito
En una barca de Pedro,
Predica y habla a la gente
Evangelio hecho de peces,
Mi laguna Tiberíades.
Hoy en el pueblo hay tristeza
Y se escucha mucho llanto,
Un silencio que lastima,
Un miedo desconocido
Y una duda que duele,
Porque sin razón alguna
Y nadie que lo comprenda,
Después de días de agonía
Se secó nuestra laguna,
Y en las noches todo negro
Sin estrellas luminosas,
El agua se fue y no vuelve,
Los peces ya se marcharon,
Los patos todos volaron…
Se secó nuestra laguna.
La luna anda enloquecida
Busca su espejo de plata
Donde peinar sus cabellos,
Y en las noches un lamento
La sirena que no encuentra
El mundo de su laguna,
Ni su corte de pescados
Y su ejército de patos.
Y en el pueblo todo cambia
Sin laguna no se entiende,
La presencia por los calles
De gente que aunque ya ida,
Sigue y sigue caminando
Para ver su laguna.
Ahora que ella se ha ido,
Parece que mucha gente,
Que no acababa de irse
No volverá a nuestras calles
Y se marchará por siempre,
Y una laguna distinta
De soledad y tristeza
Inundara nuestras casas
Horas tristes de la ausencia,
De una laguna de plata
Que se nos fue de repente.
Pero aquí dentro del alma
La esperanza sigue viva,
De que un día también de sorpresa
Regrese nuestra laguna,
Con sus peces de colores,
Sus patos y sus carreras,
La luna coqueta y pura
Peinándose en ese espejo,
Y una sirena de sueños
Cantado en la madrugada
Con un coro de pescados
Y un escudo de patos.