¿La uniformidad social?

HOMO POLITICUS

 
En el afán cognitivo de socializar la uniformidad, el mercado parece crear seres ignorantes y desprovistos de imaginación sociológica.
 
Lo pedestre de la globalización, es que en los intereses de los grandes consorcios por hacer del mercado la premisa de la génesis humana, pierde de perspectiva el peso y valor del contexto, supeditándolo a las necesidades y principios del mercado que se traduce en apetitos y necesidades creadas.
 
El consumo superfluo fue elevado a título de natura, encabezó la nueva deidad que en la electrónica hizo posible la ignorancia cibernauta para crear ese espacio donde la inteligencia sucumbe a la imagen y a la asociación lacónica.
 
Me reí de la nota, pensé en mis estereotipos y terminé por desenmascarar una tropelía más de la globalización.
 
La modelo de playboy Jaylene Cook se tomó una fotografía desnudita y sin pelos en la lengua en la cima del monte Taranki, en la búsqueda de la megalomanía y del dividendo de mercado, cuestión que pasó a dominios de las redes y los cibernautas; el evento podía haber quedado en la parafernalia de las tetas chicas y las nalgas grandes, pero tuvo otra trascendencia.
 
Los maoríes una tribu local se indignó, califico y descalificó el acto como una afrenta sacra, como darle patadas al pesebre o cagarse de la risa de un cura dando misa, condiciones análogas porque el monte Taranki es un espacio sagrado para los maoríes.
 
Es probable que a pocos les dé ni frío ni calor el evento, pero para los maoríes se vulneró un icono sacro y, si alguien entiende el poder de la fuerza del dogma, apreciará la magnitud del acto.
 
Me acordé de 12 cuentos peregrinos de Gabo.
 
La distancia entre la uniformidad y la deformidad es clara, pero no basta con saberlo, quizá hay que respetarlo.

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