Una noticia muy dolorosa para las Mujeres, México y mi querida UNAM nos despertó el miércoles 3 de mayo.
El feminicidio de Lesvy Berlín Osorio Martínez abre un capítulo de nuevas exigencias que el propio rector Enrique Graue ya planteó.
Como universitaria, me parece injusto que se condene a la UNAM por la situación de violencia que se vive en México, y en particular, por la violencia en contra de las mujeres. Es justo, en cambio, que exijamos a las autoridades de nuestra máxima casa de estudios: 1. que refuercen de inmediato las medidas de seguridad y las políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en las instalaciones universitarias; 2. su colaboración irrestricta en la investigación a cargo de las autoridades ministeriales de la Ciudad de México; 3. transparencia en los avances de la investigación; 4. que exija a las autoridades de la Procuraduría de la Ciudad de México, que se conduzcan conforme a las leyes y tratados internacionales, y no violentando los derechos de la víctima del delito ni de sus familiares, afectando su honra y dignidad, generado mensajes de criminalización y re victimización; 5. Que se exija a las autoridades de la Ciudad de México que incorpore a un grupo de Mujeres Universitarias para que acompañen la investigación del artero asesinato y que tengan acceso al expediente, y 6. Integrar de manera inmediata un Consejo Universitario de Políticas de Género, que elabore un diagnóstico y haga las propuestas necesarias y urgentes a tomar en los campus universitarios para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.
Sin embargo, en la UNAM se ha avanzado, y mucho. Me refiero puntualmente a las acciones que considero son aciertos: 1.Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género, que establece el procedimiento para atender las quejas, se sustenta en estándares internacionales. 2. Adhesión a la plataforma de ONU Mujeres “HeForShe: movimiento solidario en favor de la igualdad de género”. 3. Transformación del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) en Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), cuyos objetivos son: a) impulsar el conocimiento teórico y aplicado, desde un enfoque interdisciplinario; b) formar recursos humanos especializados; c) diseñar y ejecutar políticas públicas dirigidas a combatir la desigualdad de género; d) formar investigadores que contribuyan a enfrentar problemas como la violencia contra las mujeres, entre otros aspectos.
El rector Graue ha sido aliado e impulsor de las políticas de género en la UNAM. Habrá quienes consideren que sus propuestas son mejores, pero no podemos negar que se ha avanzado, y mucho. Es nuestro deber, como mujeres universitarias, reforzar estas acciones y acompañar a las autoridades universitarias. Exijamos con justicia, es nuestro derecho: ¡ni una menos!
Twitter: @MC_Alanis