La ultraderecha se dispone a apoderarse del planeta

NÚMEROS CLAROS

    •    En Alemania han llegado 7 mil personas ilegalmente a través de la frontera entre Austria y Alemania desde principios de 2018, según datos oficiales, y 4 mil de ellos fueron repatriados. La inmigración a Alemania está despertando el nacionalismo y ha hecho colapsar al SPD y puede empujar a este último a distanciarse de la coalición de gobierno


Los errores de la izquierda en el mundo reviven los sentimientos nacionalistas y al nacionalsocialismo de Adolfo Hitler. Las elecciones de este fin de semana en Baviera, Alemania, para elegir a los 180 miembros del parlamento estatal, donde con el 37.2% de los votos fueron para el Partido Social Cristiano, un ex socio de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel en la coalición de gobierno; donde detrás se situó el Partido Verde con el 17.5% de los votos, delante del Partido Bávaro Libre que obtuvo el 11.6% y Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland –AfD-) con el 10.2%; muestran el enojo de los alemanes con la política de inmigración de la Canciller alemana y su reacción al no querer convertirse en una minoría en su propio país, frente a la llegada de millones de turcos desde los años ochenta y ahora de kurdos refugiados de Siria.
En Alemania han llegado 7 mil personas ilegalmente a través de la frontera entre Austria y Alemania desde principios de 2018, según datos oficiales, y 4 mil de ellos fueron repatriados. La inmigración a Alemania está despertando el nacionalismo y ha hecho colapsar al SPD y puede empujar a este último a distanciarse de la coalición de gobierno. El domingo pasado, la líder socialdemócrata, Andrea Nahles, dijo que “Este es un resultado amargo cuyos motivos tenemos que analizar, pero hemos sufrido desacuerdos entre la CDU y la CSU”, debido a las presiones de sus militantes que están preocupados por las políticas del gobierno; lo que está obligando a la izquierda a realizar cambio para redefinir el nuevo concepto “Estado de bienestar”, como una respuesta de la socialdemocracia alemana a los desafíos del “capitalismo digital”, según el periódico oficial del partido socialdemócrata, Die Neue Zeit.
El gobierno de Alemania de Angela Merkel ha llegado al punto de inflexión. En Baviera, los partidos de la gran coalición de gobierno federal (CDU / CSU-SPD) sufrieron una enorme derrota. La CSU y el SPD perdieron más de un 10% de sus electores respecto a las elecciones de 2013, terminando con el 37.2% y un 9.7%, respectivamente. Mientras que el AfD, que se presentó en Baviera por primera vez, obtuvo el 10.2% del total de votos. Sin embargo, los Verdes, que aglutinan a las fuerzas de izquierda y a muchos ex comunistas ahí, terminaron como la segunda fuerza con un 17.5% de los votos. Por lo que ahora, los dos socios de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la Unión Socialcristiana (CSU) y los socialdemócratas (SPD), se han convertido en los grandes perdedores de las elecciones.
 
Los medios internacionales indicaba ayer lunes por la mañana en México, que con 37.2% de los votos contados a las 10 pm, CSU se desplomaba, mientras que el SPD también registró el peor desempeño en su historia con 9.7% de los votos respecto a las elecciones de 2013. En tanto que los socialdemócratas estaban relegados al quinto lugar detrás de los Verdes; indicando que los votantes se movilizaron masivamente para mostrar su enojo, debido a que el nivel de participación alcanzó el 72.5%, 9% más que en 2013; por lo que por segunda vez desde 1962, CSU tendrá que compartir el poder en una coalición en Baviera.
 
Pero mientras en Alemania, Italia y Austria avanza la derecha nacionalista y anti globalización, en América Latina, gracias a los errores de gobiernos socialdemócratas la ultraderecha renace. El candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, está cerca de tomar el poder en Brasil, luego de Lula (puntero en las preferencias) fuera impedido de participar en las elecciones pasadas por estar preso bajo los cargos de “corrupción pasiva”; mientras que los gobiernos de Argentina, Chile y Colombia están asumiendo políticas de derecha, lesionando los ingresos de los hogares y las conquistas populares.
 
La segunda vuelta en Brasil, para elegir al futuro presidente el 28 de octubre próximo, aunque no son mis deseos, seguramente ratificará a Jair Bolsonaro. Por lo que el país más grande de Sudamérica y la quinta potencia económica mundial, que concentra la mitad de los recursos del continente, se unirá al círculo cada vez mayor de regímenes de derecha y de dudosa existencia de una verdadera democracia; ello gracias a la creciente inseguridad, del crimen organizado y a la corrupción, la cual ha pasado a controlar todo el aparato del Estado. Los corruptos y sus jueces hicieron su trabajo, al evitar que Lula se postulara, ellos empujaron a los electores a votar por la derecha, frente a un candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, sin carisma.
 
De este modo, ahora los ojos están puestos en lo que pueda hacer el Congreso controlado por Morena y el nuevo gobierno que dirigirá el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. La derecha y la oposición trabajarán para ver fracasar el proyecto de país que propuso a los ciudadanos el 1 de julio pasado; por lo que nada será fácil para el nuevo gobierno, pues no sólo tendrá la fiscalización permanente de los ciudadanos por el trabajo que haga o deje de hacer, sino a todos sus detractores que magnificarán cada error que cometa, como ya lo hacen con la consulta sobre la localización del nuevo aeropuerto. De aquí que, el que se instale o no en México un gobierno de extrema derecha en 2024, está en manos del nuevo gobierno y de los ciudadanos.

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