La suerte maldita de un agente de Scotland Yard

El Arte de Novelar
La mayoría de los autores son astutos en sus digresiones y el tratamiento de la trama, además de cierto humor ácido que los planta de cuerpo entero en la cruda realidad

La novela se desarrolla en Londres, en 1966, un año después de la muerte de Churchill. En Notting Hill, que en esos años era una zona marginada en manos de belicosos delincuentes fanáticos, una enfermera negra es asesinada a martillazos en la puerta de su departamento, su hija pequeña es testigo; la misma noche, un noble multimillonario muere de un tiro en la cabeza en el exclusivo barrio de Belgravia. Ambos casos caen en manos del detective Vince Treadwell, un joven inteligente y arriesgado que transitará del ambiente refulgente de los poderosos a los tugurios pestilentes del barrio bajo, mientras en el aire se escuchan las notas de The Kinks, The Beatles y Petula Clark, emblemas de los nuevos sonidos musicales y de una nueva actitud juvenil que se está asentando en el mundo.

Un aspecto notable en la novela policiaca europea contemporánea es la amplitud de las atmósferas sobre los perfiles de los personajes y el sentido cultural de las ciudades donde se desarrolla. La mayoría de los autores son astutos en sus digresiones y el tratamiento de la trama, además de cierto humor ácido que los planta de cuerpo entero en la cruda realidad. No es que la literatura negra sea hilarante, todo menos eso, simplemente ocurre que cuando la muerte tiene permiso siempre hay una dosis de humor que la aligera y humaniza. Tal es el caso de la estética de Danny Miller, nacido en Brighton, Reino Unido, en 1964, uno de los autores ingleses más respetados, autor de la novela “Suerte Maldita”, traducida del inglés por Carlos Jiménez Arribas y publicada por Siruela en su serie Policiaca en Madrid, en 2016. Un escritor que se debe leer como si estuvieran frente a un pelotón de fusilamiento.
La novela se desarrolla en Londres, en 1966, un año después de la muerte de Churchill. En Notting Hill, que en esos años era una zona marginada en manos de belicosos delincuentes fanáticos, una enfermera negra es asesinada a martillazos en la puerta de su departamento, su hija pequeña es testigo; la misma noche, un noble multimillonario muere de un tiro en la cabeza en el exclusivo barrio de Belgravia. Ambos casos caen en manos del detective Vince Treadwell, un joven inteligente y arriesgado que transitará del ambiente refulgente de los poderosos a los tugurios pestilentes del barrio bajo, mientras en el aire se escuchan las notas de The Kinks, The Beatles y Petula Clark, emblemas de los nuevos sonidos musicales y de una nueva actitud juvenil que se está asentando en el mundo. Miller escribe a sus anchas sobre un ambiente viciado por la idea de acumular riqueza y los universos que va a investigar, aunque distintos, van a responder al mismo principio: la ambición desmedida por tener dinero a como dé lugar.
El caso de la enfermera Marcy Jones lo lleva a tugurios controlados por gansters negros, que fingen seguir a Malcolm X y que ejercen un férreo control sobre el tráfico de sustancias, bares de espectáculos y la prostitución que existe para cumplir caprichos de los millonarios. Vince va a tener encontronazos que requerirán de toda su fuerza física, astucia y entereza para que se respeten las leyes, aunque no siempre es comprendido por sus jefes. La investigación avanzará lentamente ya que hay demasiada simulación en los personajes involucrados. Pero hay una caja de cerillos dorada, de un hotel desconocido, que los llevará por caminos insospechados y sorprendentes. Con prosa firme y sin dejar nada a la imaginación, Danny Miller va desmenuzando una historia cuyas implicaciones son completamente inesperadas, así como las conexiones que existen entre los dos crímenes, que llevan al detective Treadwell a casi perder su trabajo, no importa que tenga claro que, “los cadáveres están llenos de mentiras y de engaños.”
El asesinato de Johnny Beresford hace que el detective conozca a Isabel Saxmore-Blaine, una hermosa mujer que era novia del difunto, que además es sospechosa de matarlo. Beresford es un millonario encantador que gana muchas libras apostando en el exclusivo club Montcler, cuyo dueño, un amante de los animales, se especializa en desplumar amigos ricos, incluso tiene una apuesta sobre los suicidas, ¿quién será el primero en quitarse la vida? Hagan sus apuestas señores. Vince Treadwell tiene un ramillete de sospechosos de tener que ver con la muerte de Beresford, que pertenecen a las clases privilegiadas de Inglaterra, juniors que han cursado carreras en prestigiosas universidades pero que viven en una loquera nada pertinaz. Vince, que no pertenece a la clase adinerada, penetra este mundo de filigrana que lo deja asombrado, sobre todo por los juegos que se permiten y que a nadie le importa la vida humana. A la par, enfrenta a Michael X, un fanático de Malcolm X que sólo utiliza la figura del líder norteamericano para su beneficio. Miller introduce a su detective en un mundo que le es completamente ajeno y lo expone de tal manera que más de una vez Vince no descarta la posibilidad de morir como mejor opción ante el dolor. En fin, tienen ante ustedes una novela que no se pueden morir sin leer, porque posee la calidad estética necesaria y su trama es perfecta. Nada mejor para practicar nuestro derecho a la emoción, que conocer la suerte de este agente de Scotland Yard. Ya me contarán.

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