La sombra de Trump sobre la economía nacional en 2019

NÚMEROS CLAROS

    •    Sin duda alguna, los mercados recibieron de buen modo las iniciativas del presidente Trump en materia de política fiscal y apostaron al crecimiento sostenido de la economía estadounidense, pero hoy parecen darse cuenta de los riesgos que pueden correr bajo la locura del presidente Donald Trump


El presidente Donald Trump no está blindado contra el peligro en el mundo actual. No sólo se trata de los miles de hondureños, salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos, además de mexicanos, que amenazan su frontera sur y desean, como lo hizo su familia en el pasado llegar a los Estados Unidos para probar el “sueño” americano; también las políticas económicas y sociales, así como la propia geopolítica desplegada por su gobierno están en riesgo.
Pero sobre todo, la visión de la economía y del comercio internacional del presidente Trump, lo hacen correr serios riesgos. Su política migratoria y el abandono de los acuerdos de París de su gobierno lo han aislado en el planeta, preocupado por hacer frente al calentamiento global y el extremismo islámico, los cuales han contribuido al incremento de los movimientos migratorios; mientras que su política económica anticíclica y comercial, alimenta la amenaza de una guerra comercial con China; en tanto que su posición sobre la conducción de la política monetaria a la Reserva Federal (FED), el cierre del gobierno para exigir fondos para continuar con su idea de construir un muro fronterizo en el sur, aumenta su desprestigio entre los estadounidenses y la preocupación de los mercados.
Sin duda alguna, los mercados recibieron de buen modo las iniciativas del presidente Trump en materia de política fiscal y apostaron al crecimiento sostenido de la economía estadounidense, pero hoy parecen darse cuenta de los riesgos que pueden correr bajo la locura del presidente Donald Trump.
En realidad, con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, los mercados apostaron a una nueva visión del mundo, a una nueva forma de conducción de la economía y del comercio internacional; sabían de sus propuestas. El rompimiento del presidente con el libre comercio, la vuelta al proteccionismo, el cambio de su política respecto a Europa, el apoyo a la desregulación de los mercados y otras políticas implementadas para otorgarle más beneficios a las grandes corporaciones, bajo el pretexto de impulsar la creación de empleos y el crecimiento de la economía, eran previsibles.
En efecto, las empresas han visto un aumento en sus ganancias corporativas (20%), gracias a los recortes de impuestos y desregulación, generaron un sólido desempeño en el mercado de valores, contribuyendo al crecimiento del empleo y la economía. Pero 2018, no fue un buen año para los mercados de valores y los analistas hablan de una caída en estos últimos meses, atribuida a la guerra comercial de baja intensidad con China, a la confrontación del presidente Trump con los demócratas en su afán de construir el muro fronterizo con México, así como los conflictos de las economías dentro de la Unión Europea, así como dificultades en países emergentes como Turquía, Argentina, Brasil o México.
Las expectativas de los inversionistas se centran en lo que hará el presidente Trump. Los analistas han calificado como imprudente los recortes impositivos, pues han elevado las tasas de interés a largo plazo y estimulado el crecimiento de la economía, pero impulsándola cerca del pleno empleo; desatando la preocupación por la inflación, la cual podría ir más allá del 2%, objetivo de la FED. Como si fuera poco, el presidente Trump probablemente prevé limitar la inversión extranjera directa, reducido las posibilidades de inmigración a su país, lo que hace pensar que se reducirá el crecimiento de la oferta laboral frente al envejecimiento de la fuerza laboral.
En este sentido, la economía mexicana tiene sobre sí una enorme sombra que nubla su futuro. Pero no es la llegada del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y sus políticas las que empañan el futuro del país, tal como podrían suponer las calificadoras de Wall Street, que suponen un crecimiento  mínimo de apenas 1% para este año, sino una posible crisis en los Estados Unidos que reduzca la demanda de importaciones mexicanas; pues recordemos que los mercados emergentes son presa fácil de la suerte de la economía de los Estados Unidos y los estímulos fiscales, los aumentos en las tasas de interés a corto y largo plazo, el fortalecieron el dólar, tienen efectos perversos sobre economía como la mexicana.
Al final del día, mucho de lo que suceda con la economía mexicana en este año, no será producto de las políticas implementadas por el presidente López Obrador y su estrategia para poner fin al robo de gasolina, sino de un entorno internacional adverso y de un acuerdo comercial con los Estados Unidos, que en la práctica, limitará las exportaciones y frenará la creación de empleos.

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