LA SELECCIÓN

LA SELECCIÓN

ALFIL NEGRO

Seguramente vio usted el partido de nuestra selección de futbol contra Argentina, que provocó esperanzas de buenos resultados y una expectación general que convocó a millones de personas frente a los televisores, lo mismo en las casas que en la plaza pública, donde se colocaron pantallas gigantes para seguir este partido de un deporte que tiene la virtud de provocar muchos sentimientos entre los aficionados en este caso a una justa de carácter mundial.

El final usted lo conoce, una derrota más en la larga historia de este deporte en México, que la verdad no sorprende mucho, aunque la historia de que ahora si las cosas van a cambiar se repite en cada mundial, en que pensamos que la historia no será la misma porque ahora nos llega la hora de ganar.

Y luego despertamos con una derrota más, que duele y lastima porque de muchas maneras nos incrementa el espíritu de derrotistas y de poca cosa.

Ya que que han pasado varias horas de este partido, vale la pena ver que hay muchas causas del resultado, pero una que parece la fuerte es que el barco fue confiado a una persona de apellido MARTINO, que dicen es muy bueno y con una carrera que le permite cobrar mucho dinero, por un trabajo que por lo menos en nuestro país no se ve ni se nota, porque la historia es, sino la misma, todavía más cruel porque se supone que un entrenador con toda la fama que tiene esta persona llevaría a la selección a terrenos de gloria.

Los que saben de este deporte dicen que no se podía aspirar a ganar porque los que fueron elegidos por MARTINO para la selección, no eran los mejores, ni los más indicados y todo indica que tienen razón al pensar esto así.

En el partido contra Argentina, no se ve cómo podíamos ganar si no teníamos con qué, porque salimos a la cancha sin delanteros capaces de hacer un gol, porque el entrenador planteó un partido sólo para defenderse, no para atacar, lo que equivale a decir que desde el inicio aceptó la derrota pero buscó perder por pocos goles y así nos fue.

Si no se eligen a los mejores, y se llevan a los puestos y cargos de alta responsabilidad, no a los que se lo merecen sino a los recomendados o a los que responden a intereses hasta económicos, o de negocios, pasa lo qué pasó.

La decepción es fuerte con todo lo que significa el deporte entre muchísima gente.

Usted tiene la mejor opinión, pero teniendo todo para ser una potencia en futbol damos pena ajena en las competencias, porque a la hora buena dejamos que otros decidan por nosotros.

Como en muchas actividades, donde no llegan los mejores, sino los recomendados, o los parientes o los amigos, o los que se prestan a los negocios chuecos y son cómplices de corrupción.

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