El colapso eléctrico también amenaza a la revolución bolivariana. La crisis es de tal calibre que Nicolás Maduro ha decretado que los viernes no sean laborables durante abril y mayo, “así que tendremos fines de semana largos”.
La medida de ahorro energético, criticada de inmediato por la oposición, es la de mayor calado dentro de un paquete para “atender la emergencia eléctrica” ocasionada por el fenómeno climatológico de El Niño, con sequías que afectan a buena parte de América Latina.
El nivel de agua ha descendido estrepitosamente en los embalses del país, en especial en el Guri, uno de los mayores del mundo y que abastece a un país que depende de la energía hidroeléctrica.
“Los especialistas han dicho que estamos a punto de entrar en el punto de no retorno”, advirtió el primer mandatario.
El Guri roza los 243 metros, muy cerca del nivel mínimo de 240 metros. Maduro eligió un escenario muy especial para anunciar las medidas: en el Cuartel de la Montaña, donde se exhiben los restos de Hugo Chávez, y codo con codo con Diosdado Cabello, el jefe militar de la revolución. Ambos dirigentes incluso blandieron al unísono el mazo del ex presidente de la Asamblea, con el que golpea de forma figurada a la oposición. “Aquí no vale el odio, la revancha y la diatriba pequeña.