La “suerte está echada”. El presidente Donald Trump ha notificado al Congreso su intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) donde participa con México y Canadá, después de que los tres países acordaron crear en 1993 una zona de libre comercio para las mercancías, los servicios y las inversiones, manteniendo cada país su propios aranceles para el comercio con terceros países.
Por ahora, las discusiones entre los estadounidenses y canadienses son simples consultas para revisar las líneas generales del acuerdo, pero seguramente también , para definir una estrategia frente a México. Aún cuando no se ha puesto en marcha el protocolo de la renegociación, este es un procedimiento en el cual el presidente Trump notificará al Congreso de sus intenciones y dispondrá de 90 días para considerar la solicitud de renegociación y notificar a México y Ottawa, algo que sólo dará unos meses más de vida a México y su comercio exterior.
Escasamente hace una semana el candidato del presidente Trump para ocupar el cargo de Representante Especial de Comercio, Robert Lighthizer, fue confirmado por el Senado y ahora, uno de los caballos de batalla del presidente Trump durante su campaña rumbo a La Casa Blanca, la renegociación ventajosa o la salida de los Estados Unidos del TLCAN se ha hecho realidad con sus solicitud al Congreso.
Aunque el gobierno de México mantiene la esperanza de que los Estados Unidos mantendrán el TLCAN y ha tratado de mostrarse más partidario de sus socios estadounidenses que cercano a América Latina, cuyos países le han dado su respaldo frente a las políticas comerciales del presidente Trump y su intención de construir un muro fronterizo, la realidad parece ser que Canadá y los Estados Unidos le darán la espalda a México o en todo caso, el TLCAN no seguirá siendo lo que es hoy para México.
Hasta hoy México envía anualmente a Canadá y los Estados Unidos el 82%, en promedio, del total de sus exportaciones mundiales; de ellas, el 80% tienen su destino en los mercados de los Estados Unidos y sólo el 2% los de Canadá; sí se renegocia el tratado ¿cuál será el porcentaje que podrá enviar a esos mercados?, pronto lo sabremos.
Lo que no debemos de obviar es que una vez que el Congreso ratificó a Robert Lighthizer como Representante Especial de Comercio, el ex ministro de Comercio de Canadá y ahora Ministro de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, quien está a cargo de la renegociación del TLCAN, se trasladó de inmediato el martes pasado a Washington para reunirse con el Secretario de Comercio Wilbur Ross, a fin de ir explorando el camino y definir las vías de la negociación; lo cual deja entrever que la visita del canadiense sirvió para dar el banderazo al proceso de renegociación.
El viaje de Chrystia Freeland no se ha producido de manera fortuita, se realiza después de la confirmación por el Senado de los Estados Unidos, el jueves 11 de mayo, de Robert Lighthizer el nuevo Representante Especial de Comercio del presidente Donald Trump. Freeland, sólo al tomar el cargo el lunes pasado señaló que creía que sus nietos le dirán a sus nietos que el presidente Trump invirtió la peligrosa trayectoria de comercio de los Estados Unidos y los puso a la vanguardia de América, haciendo a sus agricultores, ganaderos y trabajadores más ricos y haciendo de los Estados Unidos un país más seguro.
No debemos abrigar falsas esperanzas sobre el futuro del TLCAN. Chrystia Freeland es un ferviente opositor al libre comercio y ahora llevará las riendas de las negociaciones comerciales de los Estados Unidos sobre el TLCAN, pese a que el presidente Trump solicitó a Wilbur Ross que sea él quien conduzca las conversaciones con los canadienses y mexicanos.
Estadounidenses y canadienses las consultas han iniciado para definir una estrategia frente a México, ellos son socias comerciales y militares, nuestro país un vecino incómodo con el que deben convivir. Ahora el protocolo para iniciar la renegociación del TLCAN se ha puesto en marcha con la solicitud del presidente Trump al Congreso y dispondrá de 90 días para considerar la solicitud de renegociación y notificar a sus socios, México y Ottawa, lo que le dará unos meses más de vida a México y su comercio exterior para encontrar mercados alternativos, los cuales bien podrían estar en China y en América Latina.
Se espera que las conversaciones inicien formalmente en agosto próximo; pero quizá todo se convierta en un medio diplomático que oculte una decisión ya tomada por el presidente Trump, la de sacar a los Estados Unidos del TLCAN. Con ello, las conversaciones y llamadas telefónicas con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y con el presidente Enrique Peña Nieto, sólo le habrán servido para ganar tiempo y acomodar sus fichas al presidente Trump.
