Estudiantes se involucran en lucha contra Maduro
• Un movimiento autoproclamado La Resistencia crece como una unidad de choque opositora contra las fuerzas policiales durante las protestas
Varios oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) fueron grabados y fotografiados el 19 de junio cuando dispararon contra manifestantes en Caracas. Uno de ellos asesinó a Fabián Urbina, de 17 años. Durante las protestas han muerto más de un centenar de personas, con un promedio de casi una víctima por día.
Decenas de estudiantes de una prestigiosa universidad de Caracas han elegido escudos, máscaras antigás y capuchas para acudir a clase desde hace unos días. No han abierto sus libros. Tampoco han conversado con sus profesores. Solo se reúnen unas horas para organizarse antes de salir a las calles a protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
“No abandonamos los estudios, solo los alternamos con las manifestaciones. No podemos dejar al país a la deriva y encerrarnos en una burbuja. El Gobierno tiene dos salidas: una es por la vía democrática y otra por la fuerza”, dice C. H., un alumno de Ciencias Políticas.
Muchos estudiantes integran una fracción de La Resistencia, un movimiento nacido con las protestas contra Maduro, desencadenadas en abril tras el intento del Gobierno de despojar de sus facultades al Parlamento, de mayoría opositora, y que han continuado por la convocatoria de una Asamblea Constituyente por parte del Ejecutivo.
La Resistencia ha actuado como fuerza de choque ante los ataques de los militares o los policías. Dentro de este grupo también hay profesionales, obreros, ex militares y desempleados, entre otros ciudadanos. Calificados como “guerreros” por varios opositores y como “terroristas” por el Gobierno, los insurrectos han crecido sobre las ruinas de la revolución chavista.
El movimiento debutó en las protestas opositoras de 2014, pero fue en el reciente conflicto cuando adquirió protagonismo. Jorman Ortíz, camarero de un restaurante en Caracas, abandonó sus estudios universitarios para cargar con un escudo en la primera línea de combate. “Cada quien pinta algo en su escudo. Yo puse una bandera de Venezuela en el mío, ya quemada y agujereada por los ataques de la policía”, explica.
Pocos se identifican con dirigentes opositores o alguna corriente política, pero muchos aseguran que su cometido es deponer a Maduro.
L. L., un alumno de Ingeniería Civil, dice que combate a militares para honrar este propósito. “No es una guerra, porque nosotros no tenemos armas letales. Ellos nos disparan balas; nosotros piedras. Ellos usan equipos antimotines; nosotros, escudos de zinc o madera. Nosotros buscamos proteger con nuestros escudos a la población; esquivamos o dispersamos las bombas lacrimógenas que disparan contra la gente”.