En el distrito uno ubicado en Huejutla de Reyes, Hidalgo la campaña alcanzó una efervescencia que se dio desde la selección de candidatos y el realineamiento de grupos políticos. Sin embargo, la ganadora Carolina Viggiano Austria dejó un resquicio al increpar, aun antes de que se celebrara la jornada del domingo pasado, al periodista Anselmo Estrada Alburquerque por información de su columna la “Inocente polvorita”.
Dentro de los estertores postelectorales del 7 de junio, permanecen resabios de una contienda con resultados de tendencias que dan continuidad a patrones de participación y variantes inesperadas. Las campañas entre contendientes fueron feroces y mucho más en el Distrito de la huasteca hidalguense. Ahí se jugaba mucho más que un cargo a la diputación federal, se jugó una fuerte apuesta para posicionar fuerzas hacia el 2016: la lucha por la gubernatura.
No es de extrañar el desconocimiento de políticos (as) y funcionarios (a) a personajes reconocidos de la sociedad. Tal vez Carolina Viggiano no estaba informada que Anselmo Estrada es ampliamente reconocido como “el decano de los periodistas” en Hidalgo, no dicho por mí, sino que han sido los trabajadores del mismo gremio que han dado esta distinción.
Apenas el 28 de abril pasado varias organizaciones civiles de Hidalgo dieron el reconocimiento “Al mérito ciudadano” a Anselmo Estrada por sus 55 años de labor periodística y en él se reconoció la reivindicación de la libertad de expresión y el derecho a la información, sobre todo por momentos coyunturales en que el gremio periodístico se sintió agredido por los poderes fácticos en el caso de Carmen Aristegui.
Y ese reconocimiento a Anselmo Estrada fue por su celebrada columna “La inocente polvorita” título que dibuja completamente no solo la personalidad de Estrada sino que ahí podemos encontrar al periodista nato, el de la labor de memoria, el que no solo sigue la información de la realidad sino que la interpreta y opina sobre ella. En su columna podemos encontrar trazos de la vida política de Hidalgo, de las políticas de los gobernantes en diferentes niveles. En momentos se ha convertido en el interlocutor de varios funcionarios a los que señala las verdades, que resultan incomodas, a personajes poco o nada acostumbrados a la crítica.
Todo sucedió porque Anselmo hizo eco de las declaraciones de los partidos políticos en la Huasteca durante la campaña, en el sentido de que había recursos y dinero provenientes del gobernador de Coahuila a favor de la candidata Viggiano Austria. Lo cual dichas noticias no fueron procesadas ante autoridades correspondientes pero que varios medios de comunicación publicaron como ciertas. En su columna (11 de junio) que por cierto llevó como tema principal “Urgen más broncos” en una apostilla “Coahuila en la Huasteca” se refiere simplemente a que Carolina ganó a pesar de que hubo diversos operativos de voto en esa región, haciendo suyas la información publicada previamente.
Lo que hubiera quedado como parte de una crítica periodística se agrandó cuando Viggiano llamó directamente al teléfono celular del periodista Estrada para demandar “pruebas” de injerencia del gobernador de Coahuila en la campaña electoral. Además de señalar que lo escrito era falso, el caso más grave no fue la llamada en sí, sino que la ahora candidata ganadora le exigió presentar pruebas o le demandaría penalmente.
No cabe duda, que se trata de un exceso y extralimitación de la aún diputada electa Viggiano Austria, no solo porque Anselmo Estrada no fue un contendiente en la campaña electoral sería importante demandar o requerir a quienes hicieron tales declaraciones en la lucha por los votos. Por otra parte se trata de una afrenta al ejercicio periodístico y a la libertad de expresión que debería canalizarse a las nuevas instancias de protección de periodistas en Hidalgo.
No cabe duda que las campañas y luchas por los espacios de poder son intensos, más aun como se procesaron en la huasteca hidalguense, sin embargo, el proceso electoral ya terminó, en esta etapa y comienza otra, desafortunadamente se quedan dudas – o más bien certezas- del proceder de quienes están enfilados a otra contienda política.