LA PLANCHADA

Cuenta una leyenda que hace muchos años en el Hospital General de Pachuca, había una enfermera a quien le apodaban “La Planchada”, esto era porque acostumbraba vestir impecable su uniforme, perfectamente limpio y planchado. Al terminar sus labores usaba un vestido largo hasta los pies, a pesar de sus 20 años su peinado la hacía ver de más edad, no tenía familia, vivía sola. Nadie sabia de donde venía porque no era amigable, muy seria y se alejaba de las demás.

‘‘La Planchada’’, como todas la llamaban no cumplía con su ética profesional, carecía de vocación para profesar la enfermería, en varías ocasiones para no maltratar su apariencia personal llegó a descuidar a los pacientes de los que algunos agravaron y murieron. ‘‘La Planchada’’, siempre tenía la forma de justificar su negligencia. Los médicos le llamaban la atención.

  • ¿Qué pasó señorita con el enfermo de la cama 305? Su sintomatología era de buen diagnostico, estaba a su cuidado y sin embargo murió.
  • Yo que quiere que le diga doctor, en mi turno lo deje bien puede checarlo con la jefa de enfermeras.

Un día después de cubrir el turno de su trabajo salió rumbo a su domicilio, esperaba afuera del hospital algún coche que la llevara a su domicilio.

  • ¡Taxi, Taxi! Señor me lleva por favor a la colonia Morelos.
  • Con mucho gusto.

En la avenida madero a la altura de la estación de bomberos, el taxista chocó de frente con un camión de pasajeros, quedando gravemente heridos el conductor y la pasajera. Fueron trasladados al Hospital General por las lesiones, como no vestía el uniforme de enfermera, sus compañeras y el personal del hospital no la reconocieron, ‘‘La Planchada’’, murió horas después. Como no tenía parientes nadie reclamó el cuerpo, fue llevada al Panteón Municipal a la fosa común. La ausencia de ‘‘La Planchada’’ causó comentarios entre sus compañeras, que pensaron que había abandonado el trabajo.

  • Ya tiene días que no viene ‘‘La Planchada’’, a lo mejor encontró galán.
  • ¡Ojala! A si se le quitara el mal genio.

Pasó el tiempo y se olvidaron de aquella enfermera que les hacía la vida imposible, pero fueron escuchando comentarios entre los enfermos que ‘‘La Planchada’’ atendía a los que estaban graves.

  • ¡Se los juro! Yo vi a ‘‘La Planchada’’ que salía de Terapia Intensiva.

A los pocos días cerca de la medianoche entró una enfermera a la sala de urgencias, llevando materiales de curación y medicamentos. Les tomaba los signos vitales a los enfermos y platicaba con ellos, algunos los tocaba con las manos y se les quitaba el dolor, otros sanaban. Llegó a oídos del director del hospital y personalmente habló con los enfermos. Le platico una señora.

     – Así es doctor como se dice, anoche cuando abrí los ojos estaba una enfermera a mi lado cuidándome, como estaba apagado el foco con la luz de la luna se me pareció que era un esqueleto, me dio mucho miedo se abrió la puerta y entró un viento helado, se levantó y me puso la mano en la frente, estaba muy fría, pero mis dolores desaparecieron, ella me cubrió con la cobija, me dijo con voz hueca “Te vas a poner bien”, quedé paralizada al escuchar su voz y un escalofrío recorrió mi cuerpo, la vi salir flotando como si no tuviera pies. Me levante a asomarme a la puerta y la alcance a ver que atravesaba la pared, por poco y me desmayo, llegó una enfermera tomándome del brazo me dijo.

     – Regrese a la cama, no debe levantarse la acaban de traer de la sala de recuperación, la operaron hoy por la mañana. ¿Por qué se quitó el suero? Déjeme ver la herida, tiene gasas nuevas ¿Quién la curó?

– Le dije que fue una señorita muy amable que tenía su uniforme de enfermera nuevo almidonado, se persignó y dijo.

  • ¡Ave María Purísima! Fue ‘‘La Planchada’’.

El director, quedó muy pensativo al escuchar la narración de la señora, para no complicar la situación se abstuvo de hacer comentarios. Esa noche el director del hospital, permaneció en el tercer piso donde decían que se parecía ‘‘La Planchada’’. Vio su reloj, marcaba las doce de la noche, en ese instante vio que una enfermera se dirigía a Terapia Intensiva, le llamó la atención porque en esa sala solo puede pasar personal de enfermería autorizada por él. Quiso levantarse pero sintió miedo un frió le recorrió de pies a cabeza, y dijo en voz alta.

  • Son mis nervios debo controlarme.

El director, entró a la sala de Terapia Intensiva le preguntó a la enfermera que era la encargada.

  • Señorita déme el expediente del paciente.
  • Hace un momento vino una compañera enviada por usted lo miro y le puso una inyección.
  • ¡Quee! ¿Por qué se lo dio?
  • Me dijo que usted había ordenado
  • ¿Quién es esa enfermera?
  • La que le dicen ‘‘La Planchada’’, me dijo que había regresado a trabajar.

El director entró muy enojado donde estaba el paciente acompañado de la enfermera, al verlo desapareció sin saber por dónde se fue, la busco con la mirada debajo de la cama. Se acercó al paciente y le tocó la frente, en esos momentos abrió los ojos y lo saludo.

  • ¡Buenas noches doctor!

El director quedó sorprendido, el enfermo tenía las horas contadas, le había dado el tercer infarto, solo esperaban su muerte, sin embargo estaba de buen color, lo revisó con el estetoscopio, le puso la mano en la frente soltando el aire.

  • No puede ser. ¿Se encuentra Bien?
  • Sí doctor.

Se había recuperado de la noche a la mañana, como cosa increíble al día siguiente fue dado de alta. La noticia corrió en todo el Hospital, entre el personal y fueron sucediendo casos extraordinarios, muchos enfermos habían sanado por las atenciones de la misteriosa enfermera. Nadie pudo descifrar quien era la enfermera que recorría las salas del tercer piso, después las de todo el hospital, visitando a los enfermos, a donde no entraba morían. Cuenta la leyenda que ‘‘La Planchada’’, regreso del más allá a cumplir una sagrada misión que en vida no quiso realizar, cuentan que después de la medianoche por los pasillos del Hospital General han visto a ‘‘La Planchada’’, una enfermera que se pierde atravesando los muros. Y lo increíble que sana a los más graves, si usted no lo cree, un día visite a la media noche el hospital.

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