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La otra arma de Trump…

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Fábrica traslada su producción a México

  • El aspirante republicano no sólo promueve el rechazo a inmigrantes: también agita con éxito el proteccionismo y la defensa de los empleos estadounidenses

Los sindicalistas, tradicionalmente alineados con el Partido Demócrata, desconfían del republicano Trump –por su racismo, misoginia y su retórica derechista– pero celebran que coloque el libre comercio en el centro de la campaña electoral. Ningún sindicalista es capaz de defender con tal contundencia el made in USA como el multimillonario neoyorquino. Nadie habla con tanta pasión a favor de proteger los empleos autóctonos y castigar a quienes, como Carrier, se llevan las fábricas al extranjero. Sólo el aspirante de la izquierda demócrata, Bernie Sanders, se le acerca en pasión y convicción.

Indianápolis.- El día en que la empresa Carrier anunció que trasladaría la producción de aparatos de aire acondicionado de Indianápolis a México, Dawn Martin tenía migraña.

Martin, una mujer blanca de 44 años, madre de dos hijos de 16 y 20 años, y empleada en Carrier, sufre migrañas intensas por una contusión cerebral en un accidente de coche. Aquel 10 de febrero de 2016, no fue a trabajar. Se enteró de la noticia por Facebook. Hasta entonces había creído que su empleo era seguro. Creía –eso le decían– que Carrier ganaba dinero y era número 1 gracias a que fabricaban en EU.

“No me lo esperaba”, dice.

Carrier en Indianápolis, situada en un polígono industrial cerca del aeropuerto, es un buen lugar para entender por qué el aspirante republicano a la Casa Blanca Donald Trump seduce a millones de blancos de clase trabajadora. El caso se ha convertido en el argumento perfecto de quienes achacan al libre comercio y a la globalización los males de la economía de EU.

En un comunicado, Carrier precisa que la planta de Indianápolis seguirá fabricando hasta 2019. Justifica la decisión del cierre porque los proveedores y competidores también han emigrado a México y por costos y precios.

Dawn Martin, que lleva 12 años trabajando en Carrier, cobra 22 dólares por hora; los trabajadores mexicanos cobrarán entre 3 y 6, según datos no confirmados por la empresa.

Perder el trabajo puede significar, para ella, quedarse sin seguro médico. En EU el seguro es privado salvo para los más pobres y los mayores de 65 años. Carrier cubre la protección sanitaria de sus trabajadores, una ventaja que no todas las empresas ofrecen. Martin se ahorra el gasto por los medicamentos para las migrañas -9 pastillas Relpax por 300 dólares, explica- y para el tratamiento de su hija de 20 años, aquejada de esquizofrenia paranoide.

En mítines y debates, Trump menciona Carrier y promete castigar a Carrier con un arancel del 35% para los aparatos de aire acondicionado que en el futuro fabrique en México. El martes las elecciones primarias en Indiana -un estado, pese a los problemas de empresas como Carrier, con el paro en el 5% y la economía en crecimiento- pueden decidir la nominación del Partido Republicano en favor de Trump.