• La producción cuenta con diseño escenográfico de Jorge Ballina, vestuario de Eloise Kazan, iluminación de Víctor Zapatero y maquillaje y peinados de Cinthia Muñoz
La producción de la ópera “Rusalka”, de Antonín Dvo?ák, estrenada en 2011, regresa al Palacio de Bellas Artes con la Compañía Nacional de Ópera de Bellas Artes, protagonizada por la argentina Daniela Tabernig (Rusalka), el tenor ruso Khachatur Badalian (El príncipe), los días 26 y 29 de abril, así como 3 y 6 de mayo.
“En 2011 nos la pidieron para estrenarla en el marco del Festival de México en el Centro Histórico. Rusalka fue la primera ópera que dirigí. Se trató del estreno en Latinoamérica y nos fue muy bien. Después, el Teatro Colón de Buenos Aires buscó una Rusalka, vieron la de México y les gustó, la llevamos. Ahora volverá a Bellas Artes y creo que hay una evolución del montaje, se ha podido profundizar más en los temas, en lo que la fábula propone”, explica el director escénico Enrique Singer.
Rusalka está inspirada en el cuento “La sirenita”, de Hans Christian Andersen, y los cuentos de la tradición oral checa recopilados por Bozena Nemcová y Karel Jaromír Erben. Narra la historia de amor entre la ninfa acuática Rusalka y un príncipe, de dos mundos diferentes, quienes al rebasar las fronteras deberán enfrentar consecuencias fatales.
La producción cuenta con diseño escenográfico de Jorge Ballina, vestuario de Eloise Kazan, iluminación de Víctor Zapatero y maquillaje y peinados de Cinthia Muñoz. En el elenco también están: el bajo islandés Kristinn Sigmundsson y la mezzosoprano mexicana Belem Rodríguez, acompañados de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, bajo dirección concertadora de Srba Dinic.
“No sólo queremos contar una fábula, sino abordar algo más. En el conflicto que existe entre estos dos mundos podemos profundizar en el odio, en el temor”, dice Singer. “Rusalka” es, sobre todo, una historia sobre la intolerancia, afirma.
