La OMC preocupada por el futuro del comercio mundial  

 

  • La preocupación por el futuro del comercio debería ser preocupación de los líderes mundiales, bajo las actuales condiciones de recuperación de la economía del planeta

Mientras China se esfuerza en evitar una guerra comercial y llegar a un acuerdo con los Estados Unidos para evitarla, en medio de la complejidad de su economía, el presidente Donald Trump insiste en imponer impuestos a las importaciones en su país y la Organización Mundial del Comercio (OMC) manifiesta su preocupación por el futuro de los intercambios internacionales entre los países.

La preocupación por el futuro del comercio debería ser preocupación de los líderes mundiales, bajo las actuales condiciones de recuperación de la economía del planeta, después de la crisis de 2008. Luego de la crisis de los “subprimes” nada ha vuelto a ser igual en muchas economías nacionales; pese a los esfuerzos de las bancas centrales y su flexibilidad monetaria, la cual llevó a las tasas de interés a prácticamente cero puntos, las economías no han podido crecer como se esperaba y en los países desarrollados como Alemania, se ha generado el fenómeno del crecimiento sin empleo; por lo cual, hoy más que nunca se requiere de la coordinación de las políticas económicas de los países para enfrentar la cuarta revolución industrial y el lento crecimiento de las economías, donde el comercio juega un papel decisivo.

La OMC está preocupada por la evolución del comercio, luego que el índice trimestral de comercio mundial de la OMC ha caído de manera consecutiva. Los intercambios comerciales entre los países han descendido producto de las sanciones económicas impuestas a Rusia, Irán, Venezuela, entre otros países; así como del aumento de las tensiones comerciales entre ellos, como las actuales entre China y los Estados Unidos, las provocadas por los estadounidenses con Canadá y México y las que atiza el presidente Trump con la Unión Europea; aunado a la propia desaceleración económica mundial.

Todo ello, ha hecho que los indicadores desarrollados por la OMC para medir las tendencias en el comercio internacional estén al rojo vivo. La OMC ha señalado que 96.3, es el índice más bajo desde marzo de 2010; pero lo peor, es que de nuevo se vuelve a situar por debajo de su nivel en el trimestre anterior, donde había ya descendido a 98.6; pues un índice por debajo de 100 refleja una desaceleración de comercio mundial en relación con su tendencia a largo plazo; en otras palabras, el comercio mundial se está desacelerando.

La OMC ha señalado que el “Índice para pedidos de exportación (95.3), flete aéreo internacional (96.8), producción y ventas de automóviles (92.5), componentes electrónicos (88.7) y materias primas (94.3), han sufrido las mayores variaciones de la tendencia, al borde de los niveles anteriores desde la crisis financiera” de 2008, según su informe.  La OMC explica este tendencia a la baja del comercio a partir de la desaceleración en el crecimiento global reportado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) y las tensiones comerciales entre Estados Unidos, China y la Unión Europea, lo que ha iniciado las inversiones de más empresas.

El hecho que los Estados Unidos hayan puesto fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con México y Canadá; que ahora se dispongan a enfrentar la industria automotriz alemana y europea, poniendo aranceles a las importaciones de autos procedentes de esos países, los cuales podrían ser hasta del 25%, desestimulan el comercio y provocan desviaciones del mismo, no la creación de nuevos flujos comerciales, que sería lo ideal; todo ello, está obstruyendo los intercambios entre los países y, sin duda, inhibiendo las inversiones.

La Unión Europea, cada vez más distante de los Estados Unidos del presidente Trump, está preocupada por la imposición de aranceles a las importaciones de vehículos procedentes de los países que la conforman, bajo el argumento de que es un problema de seguridad nacional, lo que puede provocar que se sigan reduciendo las ventas de autos en el mundo, bajo el riesgo de reducir la producción de automóviles y provocar el cierre de miles de puestos de trabajo en las armadoras, incluidas las de México.

No obstante, si se materializan las previsiones que aparecen en los medios hoy, las tensiones comerciales actuales podrían disminuir. Si en los próximos días se concreta un acuerdo comercial entre China y los Estados Unidos, la amenaza de imponer aranceles, de entre un 10% y 25% a más de 200 mil millones en productos chinos importados a los mercados estadounidenses, podría diluirse y darle esperanzas a la reactivación del crecimiento de la economía mundial y el comercio, del cual la OMC habría proyectado un crecimiento de 3.7% para esta año.

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