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La ofuscación de fin de año

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Ahora vamos con los festejos de la Revolución mexicana, aderezado con la emoción del “buen fin”

Ya estamos en plena efervescencia festiva, de hecho, desde las fiestas septembrinas nuestra mente se comenzó a preparar en no pensar en nada que no sea diversión. El pan y el circo como una forma de autoflagelación.

La fiesta de “todos santos” ocupaba nuestra atención en esta semana que hoy termina; ahora vamos con los festejos de la Revolución mexicana, aderezado con la emoción del “buen fin”, después las fiestas guadalupanas, seguidas por las posadas, navidad y año nuevo.

Así se nos irá lo que queda del año, entre fiestas, regalos y nuevas deudas que engrosarán las del año pasado que muchos aún no terminan de pagar con todo y sus abonos chiquitos.

¿Y mientras tanto qué sucede con el futuro de nuestro país?. Esta es la época en la que la gente menos piensa en la política, pero los políticos si piensan en ella, pues saben que esta es la oportunidad de enviar unas “bolas rápidas” que el ciudadano enfiestado no notará o simplemente no le pondrá la atención que debiera.

No olvidemos que es precisamente en estas fechas en donde ya estarán analizando los presupuestos de ingresos y egresos; y tampoco olvidemos que todavía existen diputados que no leen lo que aprueban, aunque luego digan que “fueron chamaqueados”.

Los ciudadanos pensantes no podemos dejar que nos chamaqueen, si bien la diversión es importante para desalojar el estrés producido por nuestro diario caminar, es todavía más importante impedir que nos sigan poniendo más piedras en nuestro ya empedrado camino; de otra manera, lo lamentaremos en Enero, cuando nos demos cuenta de la enorme cuesta que tendremos que superar.

Y será hasta entonces que empezaremos a despertar de nuestro letargo fiestero y comenzaremos a vociferar en contra de los políticos y para entonces será, quizá, demasiado tarde, pues estaremos ante una ley ya aprobada durante los momentos en que menos nos importaban las leyes y la política.

Habrá nuevos impuestos, o tal vez los mismos, pero más altos; nuevo material y temas que serán usados por los partidos políticos para seguir llevando agua a su molino, cuando fueron los propios partidos políticos los que aprobaron lo que en su momento atacarán.

Y en tanto, Viva México, viva la revolución, cumplamos con nuestras “mandas” religiosas, rompamos piñatas, después de todo, en el 2018 estaremos rompiéndonos la cabeza para pagar las nuevas deudas e impuestos producto de las ocurrencias de nuestros representantes populares.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.