La nueva opción de elegir en  México

Terraza

Los grandes protagonistas de las pasadas elecciones fueron sin duda los cerca de 120 candidatos independientes, quienes sin el respaldo de un partido, tuvieron la pro actividad necesaria para competir por diversos cargos de elección popular. La oportunidad, como ya se sabe, se les concedió gracias a la nueva reforma electoral impulsada por la administración del Presidente Peña Nieto.

Ganadores o no, el seguimiento de este tipo de contendientes, mantuvo interesados a los medios y ciudadanos en general. Dentro del proceso de su candidatura, nos preocupamos por seguirles el paso en el antes, el durante y el después de las elecciones.

Antes de que se diera el inicio oficial para las campañas, fuimos testigos del modesto presupuesto que manejaron la mayoría de los candidatos sin partido, y es que en realidad, no tuvieron opción. Por ejemplo, Jaime “El Bronco” Rodríguez, ahora gobernador del Estado de Nuevo León, dijo a varios medios que el INE tan sólo le había concedido “30 mil pesotes” para publicitarse, mientras que sus contrincantes recibieron hasta 990 mil pesos para elaborar y distribuir su propaganda. Otro que contó con un raquítico presupuesto fue Pedro Kumamoto, joven de 25 años que ahora es diputado por el 10° distrito local de Jalisco. Kumamoto promovió su imagen con sólo 18 mil pesos aproximadamente.

El gran secreto de El Bronco, Kumamoto y otros candidatos independientes que resultaron victoriosos en esta contienda, residió en un secreto sencillo: el pueblo ha dejado de simpatizar más con los partidos políticos como bien dijo Miguel Ángel López Farías bajo un concepto en la que paulatinamente, repudia el sistema electoral actual. Los ciudadanos encontraron en los candidatos independientes, un aire de semejanza y simpatía que decidieron externar con toda libertad, ya sea en sus cuentas personales de redes sociales o en conversaciones cotidianas.

Durante el proceso electoral, aquel pasado y no tan lejano 7 de junio, ya se pronosticaba el buen resultado que proyectarían los potenciales ocupantes de cargos públicos que no pertenecían a ningún partido, su campaña proyectó una imagen positiva y gran parte de la ciudadanía que ejerció el voto, se convenció de que eran la mejor opción.

En la parte del “después”, vino “lo mero bueno”, al finalizar la jornada electoral, los ganadores independientes dejaron boquiabiertos a los partidos políticos, quienes aún se mostraban escépticos, pero acabaron aceptando de buena o mala gana el triunfo de sus contrincantes.

Aunque el caso de los candidatos independientes nos abre una nueva esperanza respecto a la democracia, no se trata de “desertores del sistema” o “nuevos revolucionarios” como algunos creen. La población debe ser capaz de entender que, los candidatos sin partido no son enemigos ni opositores del sistema electoral; todo lo contrario; se trata de una opción más dentro del mismo. Los cambios han sido lentos, pero favorables, así pues, debemos reconocer que todos somos parte de la democracia y todos la hacemos posible.

El principal reto a largo plazo, es mantener el ritmo y seguir promoviendo la gran utilidad del voto. Quizás en el futuro podría pensarse en un equilibrio presupuestal, para que tanto las campañas que presenten candidatos pertenecientes a un partido, como para los que se registren como independientes; tengan propaganda en igualdad de circunstancias.

Tengo confianza gracias al resultado que proyectaron las elecciones intermedias. Poco a poco, vamos entendiendo que el voto es un recurso amigable y pensado para nuestro bien; a su vez, las aspiraciones a cargos de elección popular, ya no pueden esperar “refugiarse” en un partido que se considere dominante; ya fuimos testigos de que esto no es garantía de triunfo.

La nueva opción de elección de candidatos en nuestro país, es favorable y nos conduce de una forma adecuada a dar un salto en la historia de nuestro país, uno con mayor credibilidad en la que la palabra “democracia” deja de ser una utopía y se convierte en una realidad reflejada y constante, ahora lo que queda es darle forma a esta figura cuidando y acotando el origen del financiamiento.

 

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