Pachuca lo volvió a hacer. Los Tuzos han vuelto a formar una camada de jugadores que puede darle otro título y puede ser base de la Selección Mexicana para la Copa del Mundo 2026.

En los 90, se hablaba de gente como Octavio Valdez, Cesáreo Victorino y Alberto Rodríguez.

Después surgieron Jaime Correa y Fausto Pinto.

Hace cinco años, aparecieron Hirving Lozano, Rodolfo Pizarro y Erick Gutiérrez.

Ahora, la base tuza se soporta en gente como Víctor Guzmán como el “veterano”, liderando a los “nuevos”, como Kevin Álvarez, Miguel Tapias, Erick Sánchez y Luis Chávez.

“Podemos decir que estos son los herederos del Chucky, Pizarro y Guti”, reconoce Jan Westerhof, parte importante en el desarrollo de las fuerzas básicas de los Tuzos.

El secreto para que esto se dé, afirma el neerlandés, “es la competencia interna. En Pachuca, se realizan los procesos normales, como en todos lados: Sub-15, Sub-17, Sub-18, Sub-20, pero queremos sacar a los mejores lo más pronto posible y los que se quedan atrás, ni hablar. Aquí llega el mejor, pero también el que es más disciplinado y profesional. Se han quedado fuera grandes futbolistas por el simple hecho de no aguantar la disciplina”.