La neblina del mar

LAGUNA DE VOCES
    •    “En estas tierras yermas, ver que de pronto todo se transformaba en verde, en vida, acabó por amargar a los muertos que se habían hecho pasar por lo contrario”


Desde la neblina se asomó el primer rayo de luna. Llovería por el resto de la noche. Acabaría la noche interminable hasta que la ciudad, de principio a fin, quedara sumida en un mar que solo la tragedia podría traer.

No fue una inundación, insistieron en afirmar los primeros en llegar al lugar de los hechos. Solo el mar podría haber generado semejante movimiento de agua: pero en una ciudad tan alejada de las playas, era simplemente imposible.

Entonces no había explicación, como no fuera que la tierra se puso de cabeza y que sin saberlo, vivíamos en las nubes.

Pocos lograron salvarse, pero los que quedaron, dieron testimonio de algo que simplemente resultaba imposible de ser explicado.

En estas tierras yermas, ver que de pronto todo se transformaba en verde, en vida, acabó por amargar a los muertos que se habían hecho pasar por lo contrario.

De tal modo que era definitivo que las cosas cambiarían para siempre.

La neblina solo se disipó cuando ya era tarde para regresar a una aparente normalidad que jamás lo fue.

Llegó procedente de la Sierra y tocó en primer lugar al Real adquirir esa tonalidad de fantasmas. Y no cambiarían.

Después fue Pachuca sumida en tinieblas y agua. Así quedaría sumergida la historia de personas, familias, toda la sociedad.
Por fin descansaría el destino.

La luna se asomaría nuevamente, solo para alumbrar rastros diminutos de lo que había sido una metrópolis. Así quedaría para siempre.

Mil gracias, hasta mañana.

Related posts