Home Cultura La mujer que escandalizó Europa y se volvió un ícono gay

La mujer que escandalizó Europa y se volvió un ícono gay

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Cine
    •    La reina era poco convencional: usaba pantalones y tenía una amante mujer. Greta Garbo la interpretó en una película estrenada en 1933, en la que resume su dinámica vida


Una de las primeras grandes luminarias de Hollywood, Greta Garbo, decidió inmortalizarla en lo que es considerado uno de sus mejores papeles: “La reina Cristina”. La gran Garbo, de nacionalidad sueca, parecía la persona ideal para encarnar a esta iconoclasta que fue soberana de Suecia entre 1632 y 1654. Cristina tuvo una vida inusual, en muchos sentidos. No solo porque heredó el trono a los 6 años, cuando su padre murió en una batalla. También fue una mujer completamente fuera de lo convencional para la Europa del siglo XVII. “Era inteligente, impulsiva, tenía un sentido de humor picante y le encantaba romper la reglas”, contó la biógrafa Veronica Buckley al programa de radio The Forum, del Servicio Mundial de la BBC, que dedicó un capítulo a esta transgresora monarca. Una de las formas en las que rompía las reglas era usando pantalones, una prenda que en esa época solo usaban los hombres. “Era de mente abierta”, explicó el historiador Stefano Fogelberg Rota, otro invitado del programa. “Y era valiente: no tenía miedo de tomar decisiones peligrosas”. Ambigüedad sexual Su predilección por la indumentaria masculina es solo uno de los motivos por los cuales Cristina se convirtió, muchos siglos después, en un ícono de la comunidad LGTB. +. Cuando nació los médicos tardaron varias horas en determinar si era varón o niña.
Por eso inicialmente anunciaron que era varón. Fue al día siguiente de su alumbramiento cuando la tía de Cristina se atrevió a contarle a su hermano, el rey Gustavo II Adolfo, que era niña. Si bien su padre la aceptó, su madre siempre quedó decepcionada, cuentan los historiadores. En todo caso, más allá de su género, Cristina fue criada más como un príncipe que como una princesa: aprendió no solo los textos clásicos e idiomas extranjeros sino también a andar a caballo y a practicar esgrima.
Ya en su juventud empezaron a correr los rumores sobre su vida amorosa. Se decía que su dama de compañía, la noble sueca Ebba Sparre, no solo era su íntima amiga sino también su amante, algo que se sugiere en varias cartas, entre ellas que aún se conservan. “Realmente no quería tener hijos y esa fue su decisión más importante”.