La migración pone de cabeza a Europa

NÚMEROS CLAROS

 

 La crisis se agrava, no sólo es el problema del crecimiento económico, ni la crisis alimentaria mundial, tampoco el calentamiento global, ni la inestabilidad política que viven muchas regiones del planeta. No, el problema lo constituye el impacto de todos ellos sobre la población y, en consecuencia, el aumento de los flujos migratorios del sur hacia el norte.

El fenómeno que no sólo enfrenta hoy el norte de América, sino todos los países desarrollados del norte de Europa. Barcos en el Mediterráneo, en los mares de Asia, sin hablar de los balseros cubanos, a diario se mueven con miles de candidatos a emigrar de sus países, escapando de la pobreza, del hambre y de la represión por sus ideas o creencias religiosas. No se diga los cientos de suramericanos y centroamericanos que a diario pasan por México para llegar a los Estados Unidos y Canadá.

La crisis humanitaria, agravada aún más por los conflictos religiosos en Medio Oriente y África, han llevado a muchos países a proponer medidas extremas, ya no se diga el muro fronterizo que han construido los Estados Unidos en la frontera norte de México y la vigilancia permanente de la guardia nacional de la frontera sur estadounidense. Ahora los ministros de relaciones exteriores y de defensa de la Unión Europea han dado luz verde a una operación naval contra los traficantes de migrantes en el Mediterráneo.

Los ministros de relaciones exteriores y de defensa se reunieron este lunes en Bruselas, la capital política de la Unión Europea, para aprobar una operación de urgencia en el mar Mediterráneo, dirigida a luchar contra los traficantes de migrantes. Aunque no es la única fuente de ingreso de inmigrantes a ese espacio común, nunca antes la Comisión Europea había actuado con tanta rapidez para montar una operación de defensa y seguridad de su territorio.

Sin duda alguna, es decisión constituye un movimiento estratégico para silenciar los rumores sobre su inmovilidad o impotencia para actuar ente este fenómeno que cada verano aumenta; mientras que todos los Estados miembros de la Unión Europea están luchando con los movimientos populistas que reclaman trabajo, seguridad y mayor bienestar, aumentan los temores por la presión migratoria entre la población y sus gobernantes.

Hace menos de un mes, los líderes europeos invitaron a la Alta Representante para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, para que preparara una operación de seguridad que permitiera “identificar, capturar y destruir los barcos antes que fueran utilizados por los traficantes” de migrantes. Al respecto, el Comité Militar Europea ha establecido un plan de acción, mientras que Federica Mogherini viajó a la ONU en Nueva York, con el fin de pedir apoyo a la comunidad internacional con el fin de iniciar operaciones en aguas territoriales de Libia, desde donde están saliendo miles de emigrantes hacia Europa.

Finalmente, se ha aprobado la operación militar propuesta por Bruselas, la sede de las operaciones será Roma, Italia, y han nombrado como su comandante al almirante italiano Enrico Credendino. Ahora se procederá a la realización de un censo en cada Estado para saber lo que cada uno está dispuesto a ofrecer para apoyar esta operación anti imigrantes.

Para ello, serán deberán movilizarse diez barcos; mientras que varios países de Europa del Este ofrecerán suministro de helicópteros para las operaciones. Pero para que la operación entre en vigor, la Unión Europea quiere conseguir una resolución de la ONU que le daría a los Estados legitimidad y medios para ejercer el uso de la fuerza contra los contrabandistas.

Los británicos están a cargo del proyecto de resolución en la ONU, pero Rusia es el principal reticente en apoyar una resolución al respecto, pues no está de acuerdo en que se diga en ella que se aprueba la destrucción de los barcos usados para transportar a los migrantes, optando sólo por el desmantelamiento de las redes. Rusia había participado en la última operación militar naval europea, la Operación Atalanta, en África, en opinión de todos, se las arregló para hacer caer la piratería en Somalia en el pasado. La resolución de la ONU permitiría a los Estados actuar en las aguas territoriales de los Estados ribereños y abordar buques sospechosos, lo que el derecho marítimo internacional no permite hoy.

Sin duda alguna, considerando que los problemas de la migración no sólo se presentan hoy en el Mediterráneo en Europa, sino en Medio Oriente y Asia, las operaciones y resoluciones que se aprueben por la ONU, van a servir para que los Estados Unidos y Canadá mañana justifique operaciones similares en contra de los migrantes de Latinoamérica y el Caribe, cuando en realidad las causas de la emigración en los países no se están atendiendo, prefiriendo cerrarse en sus fronteras y eliminar con hambre y balas, a todos los hombres y mujeres que hoy preceden de los países de donde han extraído su riqueza.

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