Cruz Azul sobrevivió a sí mismo, para terminar derrotando apenas, apretando los dientes, a un pobre Veracruz por 5-3 para mantener así vivas las esperanzas de entrar a la Liguilla
Después de una primera parte de infarto en donde prácticamente el cuadro cementero se “hizo” dos goles en contra, para la segunda parte se allanó el camino, sin ponerse traspiés, para liquidar el juego ante un voluntarioso pero muy corto cuadro veracruzano que con la llegada de Juan Antonio Luna a la dirección técnica, en lugar de Pablo Marini, salió de la capital eliminado en la Copa MX por América y en penúltimo sitio en la Liga.
La semana al final fue positiva para los Cementeros, ya que salieron vivos de la casa de los Tigres de Monterrey, calificaron a los cuartos de final del torneo copero y se metieron en la lucha por clasificar al llegar a 15 puntos, aún sin poder asegurar nada.
Mas la realidad es que este juego no puede tomarse como mucha referencia por lo pobre del rival. Veracruz llegó con la idea de aprovecharse del mal sicológico de los azules, que desconfían hasta de su propia sombra y no son capaces de tener un juego tranquilo, en paz.
Cruz Azul se valió de su víctima favorita en casa en los últimos 13 años para sumar su tercer triunfo del Apertura 2016.
Aunque arrancó el duelo perdiendo y por lapsos sufrió contra los Tiburones Rojos, al final pudo levantarse y sellar la victoria 5-3 con dobletes de Christian Giménez y Joao Rojas.
