Y de repente el mundo se vuelve a convulsionar,
las bombas vuelven a ser el parámetro de
nuestra locura.
El planeta empieza a ser invadido por gorilas y secundado por una bola de micos
que pretenden imitarlos siguiendo sus sabios consejos de que el miedo sembrado
es el mejor aliado para los dictadores, acallando voces de gente que solo atina a
emitir sonidos guturales, gritos que nacen muertos antes de salir del pecho.
Tan terribles son las bombas norteamericanas como las armas químicas utilizadas
para devastar el ánimo social; vientos de guerra soplan en el horizonte, y uno de
esos horizontes es nuestro vecino, sujeto que tiene el dedo muy sensible y el
cerebro muy duro.
El poder económico y político es lo único que les importa a esos gorilas y a los
micos que los secundan, para ellos no importa el daño que hagan a otros hombres
o a la naturaleza misma, lo mismo destruyen a sus acérrimos enemigos cerrando
medios de comunicación que matando inocentes ballenas argumentando fines
científicos, o bien, como sucede en México, se destruyen miles de hectáreas
propiciando la desaparición de especies solo por su ambición económica y las
ganancias que producen la tala indiscriminada.
Alguien opinaba que la tercera guerra mundial sería con palos y piedras, malos
cálculos, creo que ésta será con puras piedras pues nos estamos acabando la
madera y no podremos completar ese binomio armamentista. Quizá por ello las
armas químicas son ahora la opción viable en contra de la vida de millones de
inocentes, cuya única culpa fue haber nacido en una época en donde el genocidio
es el deporte de los gorilas armamentistas.
Libertad, igualdad, fraternidad, ideales humanistas que gradualmente están
perdiendo su sentido; da asco escuchar frases libertarias en gente como Trump y
Nicolás Maduro, cuando ellos son los promotores de conceptos contrarios; da
coraje oír discursos de igualdad en países en donde la discriminación racial ha
generado violencia entre sus habitantes; matar a un peligroso indocumentado que
portaba piedras para agredir a un inocente guardia fronterizo provisto de un
poderoso armamento está más que justificado; el ku klux klan en todo su
esplendor; ¿y la fraternidad?, una palabra que solo queda para la utopía.
La traición y la guerra amenazan con surgir y extenderse, mantengamos los ojos
bien abiertos, que no nos duerman los libros que hablan de traición cuando sus
mismos autores son unos verdaderos maestros en el arte de apuñalar a sus
adversarios.
La democracia cada día sufre un severo golpe en algún parte del planeta, la
democracia parece que solo será parte de la historia, de esa historia que
paulatinamente será tergiversada en los libros de adoctrinamiento de cualquier
país, la democracia es un estorbo para los gorilas que ahora pueblan el mundo,
pues ella representa un riesgo para sus sueños expansionistas; la sombra de
Hitler y Mussolini cobija a los gorilas de nuestra época.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.