La liturgia de la palabra escrita

La liturgia de la palabra escrita

LAGUNA DE VOCES

La madrugada de hace 19 años, fue apretado el botón de marcha de la rotativa Goss Urbnanite por el ingeniero Bosqueti, uruguayo, y conocedor como pocos del armado y desarmado de esas gigantescas máquinas que, pese a su apariencia de monstruos de acero, son delicadas, cuidadosas, se diría que hasta amorosas con la banda de papel donde estampan las planas del ejemplar que a las pocas horas estaría en buena parte del territorio hidalguense.

Asombrados, mis hermanos Beto y Martín, junto con el que escribe, mirábamos el acto más real y absolutamente hermoso de creación: el de una bobina de papel transformada en ejemplares con páginas a color, que daban vida a los textos de reporteros, fotos de artistas como Roberto Herrera, y la narrativa periodística de Julia.

Quien no haya tenido en sus manos el ejemplar recién salido de la rotativa, difícilmente podrá tener credibilidad cuando diga que la tinta se mete en la sangre, en el corazón y, por supuesto, en el alma. Es una liturgia dedicada al periodismo, presidida por una prensita y ayudantes, y un mar de sacerdotes que velan hasta el momento en que nace, siempre, un nuevo ser, único, efímero de naturaleza, pero eterno de alegría.

Desde entonces al día de hoy, han sido casi 7 mil ediciones, 6 mil 935 días en que las mujeres y los hombres encargados del cierre de edición no duermen, se obsesionan con la tarea de vestir con sus mejores galas al nuevo periódico.

Han sido 19 años únicos, tal vez los más recordados en muchos de los que pasaron por esta casa editorial, pero que los hizo partícipes de esa tarea única de creación.

A mi hermano Adalberto le maravillaba ese proceso cotidiano, en que de una idea se logra, en horas, un producto totalmente terminado, con secciones plenamente elaboradas y un impreso donde cada quien firma su texto con orgullo, con honestidad. 

Estoy seguro le asombra todavía, y que el día 12 de este mes, cuando se cumpla un año de su partida, estará pendiente de que el periódico esté en sus manos. Siempre lo hace, porque además de haber sido un periodista de la radio y televisión, fue de los que manejaban el lenguaje con respeto, porque lo conocía, porque lo amaba.

A 19 años de esa madrugada, estamos aquí, con la certeza de que el trabajo en la nube digital marca nuevos derroteros, pero todos cimentados en un aspecto fundamental: el periodismo. Porque es posible, sin duda, ver crecer y proliferar sitios informativos en internet, pero la realidad es que en pocos de los cientos que ya hay para estos momentos, es posible descubrir un verdadero ejercicio periodístico.

A 19 años de esa madrugada, podemos preciarnos de mantener una verdadera escuela en nuestra redacción, de donde han salido talentosos jóvenes, que hoy mismo nutren otros medios informativos.

A 19 años de esa madrugada, y en ese recuerdo pleno de cariño para Adalberto, repetimos con absoluta convicción, que respetar y hacer respetar nuestra lengua, es tarea de todos los días, que se traduce en un objetivo único y vital: respetar la inteligencia de nuestros lectores.

A 19 años de esa madrugada: gracias a cada uno de los que nos leen, que aún tienen tiempo para leer artículos que rebasan el párrafo, y que detienen su marcha para reflexionar junto con nosotros, en el devenir histórico de nuestro país, nuestro Estado de Hidalgo. 

A 19 años de esa madrugada, puedo decir a todos los que al día de hoy conforman la familia PLAZA JUÁREZ: ¡gracias, ha valido y valdrá la pena dedicarnos a nuestra tarea de vida, que es contar la historia de cada día!

Mil gracias, hasta mañana.

Mi Correo: Jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

X: @JavierEPeralta

Related posts