CINE DE AYER
Dentro del XI Festival Ambulante que se celebra hasta el 14 de abril en la Ciudad de México, se programó con la colaboración de la Cineteca Nacional un ciclo titulado La tácita realidad que incluye películas de distintos contextos geográficos e históricos que convergen en la exploración del personaje femenino y las realidades desapercibidas.
La cinta más antigua del ciclo fue Wanda, un filme realizado de manera independiente y filmado en 1970 en 16 milímetros por la directora y protagonista Bárbara Loden, que acaba de ser restaurado.
La heroína del título interpretada por la propia Loden es una mujer madura e independiente, que cansada de su matrimonio, le concede sin ninguna condición el divorcio a su marido reconociendo que “es una pésima esposa”, y no tiene ningún remordimiento en dejarle a sus dos hijos “pues estarán mejor con él”.
Wanda vaga sin rumbo fijo, ligando en la cantina a vendedores deseosos de una aventura, pero que luego no saben cómo deshacerse de ella.
Accidentalmente la rubia se empareja con un peligroso asaltante que trata de incorporarla a su mundo.
Resulta evidente que el mayor mérito de la cinta, es que está alejada de los estereotipos femeninos hollywoodenses.
Wanda es un alma perdida que toma y bebe, y hace el amor sin mayores escrúpulos, pero que aún tiene prejuicios morales acerca del robo y el asesinato.
Las actuaciones son bastante rudimentarias, y el mayor mérito de la cinta, es su carácter independiente y testimonial, aunque en la actualidad no pasa de ser una mera curiosidad.