CINE DE HOY
En una de las salas de la Cineteca Nacional se exhibe el interesante filme Violeta al fin, de la costarricense Hilda Hidalgo.
De acuerdo al guión de la propia realizadora, Violeta (una espléndida Eugenia Chaverri), es una anciana de 72 años, que se ha divorciado de su marido tras 40 años de matrimonio, y que disfruta por primera vez de la libertad.
Decide por fin aprender a nadar, y se siente un tanto arrepentida, porque el cura le niega la comunión “por haberse divorciado” .
Emprendedora como pocas, decide comenzar a alquilar los cuartos vacíos de su casa, para tener dinero y comenzar a hacer mejoras en la deteriorada casa.
Su primer inquilino resulta ser el propio maestro de natación (Gustavo Sánchez Parra), quien llegó al país siguiendo a una mujer, y que aunque ya se divorció de ella, se ha enamorado de Costa Rica.
Violeta encuentra la oposición de sus hijos, y de su ex marido. Todos le dicen que mejor venda la casa y se vaya a vivir con ellos.
Ella se niega, pues al fin ha descubierto las mieles de la libertad, al estilo de La vieja dama indigna de René Allio.
Sin embargo, al ir al banco descubre que su ex marido ha hipotecado a escondidas su casa, y que está a punto de perderla.
La directora Del amor y otros demonios, esa sensible adaptación de García Márquez, hace ahora un filme sencillo y entrañable, que puede considerarse como un homenaje feminista a la tercera edad.
Violeta al fin resulta pues un bello y sencillo homenaje a esas mujeres a las que la edad no importa, y que están siempre dispuestas a seguir avanzando en sus vidas.
