La hora del carnicero

HOMO POLITICUS

 
No hay plazo que no se cumpla ni mal que dure cien años, reza el adagio.
 
Por fin se cumplió el destino y Donald Trump ha sido investido Presidente de Estados Unidos.
 
El cisma Trump ya causa estragos en el planeta y la incertidumbre se cierne por doquier, en México el peso oscila de manera negativa estrellándose con mínimos históricos y las inversiones en el mercado interno ya comienzan a presagiar un difícil 2017, 2018, 2019 y 2020, y eso, si es que este cabròn no se reelige.
 
¿Qué hacer ante el advenimiento del perro?
 
El ejercicio de gobierno debe mirar hacia otras fronteras en lo comercial, China debe ser uno de los destinos de los negocios y posibles inversiones, de todos modos pagan en dólares.
 
En la cuestión política, no se puede tener una postura altanera pero sí firme y apegada al derecho internacional y a la soberanía de México ante Estados Unidos; es preferible morir de pie que vivir de rodillas.
 
Es necesario replantear el proyecto de Nación, pero no bajo retóricas sórdidas y sin sentido que lo único que han hecho es proteger los privilegios de las elites, pero ello no puede provenir de arriba hacia abajo, porque sólo genera desatino y desconcierto social.
 
Es evidente que con el ascenso de Trump habremos de vivir años difíciles, pero lo que subyace en el imaginario colectivo del país, ¿Qué más difícil de lo que ya vivimos hoy?
 
Entre peras y perones pongamos nuestras barbas a remojar.

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