La “madre de todas las bombas”, el sobrenombre de un potente artefacto que EU utilizó el jueves por primera vez, causó la muerte de 36 terroristas del Estado Islámico (EI) en Afganistán, según los datos que ayer hizo públicos el Ministerio de Defensa afgano. La operación, que también destruyó túneles y cuevas utilizados por los yihadistas en este país, tuvo lugar el mismo día que el Pentágono admitió la muerte por error de 18 milicianos aliados en un bombardeo en Siria, el tercer error fatal en un mes.
El ataque con la llamada GBU-43, con 11 toneladas de explosivos y un radio de impacto de 1,6 kilómetros, lo más potente en armamento convencional, se decidió para destruir todo un entramado de túneles y cuevas que el EI estaba utilizando en el distrito de Achin, en la provincia oriental Nangarhar.
“Esta es la munición adecuada para reducir estos obstáculos y mantener el ímpetu de nuestra ofensiva contra el EI”, dijeron fuentes del Pentágono. Según la OTAN, en los dos últimos años el número de miembros del EI en el país ha caído a la mitad. El grupo terrorista, a través de su brazo propagandístico, Amaq, negó este viernes haber sufrido bajas.
Un portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, informó en un comunicado que un importante refugio y tres escondites del grupo terrorista habían sido destruidos por el impacto de la bomba. Según Waziri, el EI usaba ese escondite “para coordinar sus ataques terroristas en diferentes partes de la provincia”, fronteriza con Pakistán.
A la “madre de todas las bombas” se la conoce así porque el acrónimo de su nombre —”Massive Ordnance Air Blast”— coindice en inglés con ese mismo apelativo y porque, aunque existe otro artefacto con cinco toneladas más, según Foreign Policy, este es el que tiene mayor radio. Cada una de estas bombas tiene un coste de 16 millones de dólares, según datos del portal especializado en armamento militar Deagel.
“Esa explosión fue la mayor que he visto en toda mi vida. Enormes columnas de fuego se tragaron toda el área”,contó el gobernador de Achin, Esmail Shinwari. Un fuente cercana a los insurgentes afganos indicó que los habitantes sintieron que el suelo se movía “como durante un terremoto” y se llegaron a producir desmayos debido a esa potencia aérea.