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La Fiesta Brava, ¿hora de adecuarla al siglo XXI?

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#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
    •    Un veterinario y un biólogo españoles han publicado un interesante estudio sobre el toro bravo su comportamiento durante la lidia y la posibilidad de adecuarla a los tiempos actuales.


Estimados Amigos, con el gusto de siempre, saludándolos desde este espacio de Plaza Juárez. La entrega pasada comentamos, en torno al sufrimiento que pueden experimentar los toros bravos durante la lidia que el Veterinario Julio Fernández Sanz y el Biólogo Fernando Gil Cabrera, recién han publicado una investigación en la que, coincidiendo con otros trabajos veterinarios, concluyen que “los toros con las altas dosis de endorfinas que segregan no tienen signo alguno de sufrimiento en toda la lidia”, subrayando que la Fiesta Brava para que siga teniendo sentido “debe adaptarse a la sociedad actual”, procurando hacerla menos cruenta.
En el documento titulado “¿Cómo adecuaría la lidia al siglo XXI?’, ganó el “Trigésimo Premio Literario-Taurino Internacional Doctor Zumel”, Fernández Sanz y Gil Cabrera, los autores señalan en el proemio: “Sin menoscabar la esencia de la lidia, la Fiesta de los toros necesita acometer cuanto antes una serie de cambios que exigen mayor compromiso por parte de las autoridades de Cultura que intervienen en su regulación, además de responsabilidad y generosidad por todas las partes, principalmente por parte de los profesionales taurinos”; hacen el análisis sobre diversos conceptos en torno a la Fiesta Brava, desmitificando temas como “La sangría del toro en la suerte de varas es beneficiosa”, “Los puyazos templan al toro” y ”Picar delantero favorece que el toro humille”, a los que califican como “mitos erróneos del toreo”.
Se refieren a la modificación de hábitos que en pocos años han experimentado las sociedades actuales, el abuso o mal manejo de la comunicación virtual que lleva a que se generen confusiones, malentendidos y discusiones, con el consecuente error “en la transmisión de mensajes”, y el hecho de que “ya no se respetan las diferentes maneras de pensar”, que además facilita a los grupos de presión más poderosos imponer sus intereses económicos, intentando imponer de forma interesada una determinada manera de pensar, haciendo creer que es la correcta para la sociedad y “demonizando” opiniones contrarias.
Aunando a lo anterior, “la globalización y la extensión de la cultura anglosajona norteamericana imperante que amenaza con uniformizar al mundo entero a nivel tecnológico, social y cultural, marginando a las culturas minoritarias, afectando a nuestra manera de pensar, de creer, de divertirnos y de soñar”
Subrayan que “en la sociedad actual, impera un desconocimiento profundo de la Tauromaquia, lo que lleva a despreciarla y minusvalorarla, por lo que “antes de que sea demasiado tarde, es necesario hacer una profunda reflexión y una revisión del espectáculo, para adecuarlo y acercarlo a la sociedad del siglo XXI”.
Sobre si la sangría del toro en la suerte de varas es beneficiosa, apuntan que el volumen de sangre que pierde el toro durante la lidia es muy reducido, .proporcionalmente menor al que se extrae a un humano en una donación voluntaria, sin embargo el sangrado y la agonía del toro son los principales elementos que producen el rechazo en los nuevos aficionados, por lo que se hace necesario un cambio. En torno a que los puyazos templan al toro, el Veterinario Fernández Sanz lo considera un error, puntualizando que, “el temple del toro no es consecuencia de los puyazos que recibe, sino de la energía y la fortaleza que consume en sus encuentros con el caballo de picar”.
Respecto a que picar delantero favorece que el toro humille, indica que “el daño de los músculos elevadores de la cabeza es en nuestra opinión ineficaz para lograr que el toro humille dadas las dimensiones de la puya, pues en los machos de lidia a partir de los 3 años de edad, estos músculos que cuentan con fuertes inserciones…”, agrega “aunque se pica mayoritariamente en la cruz y en regiones posteriores, ni siquiera picando en el centro de los músculos elevadores de la cabeza (centro del morrillo) se conseguiría dicha acción”, considerando que “hay claros factores anatómicos que predisponen a que el toro pueda embestir de esta forma: extremidades anteriores cortas, cuello largo y columna vertebral más cerca del suelo a la altura de la 7ª vértebra cervical y 1ª torácica. Pero hace falta además que el animal quiera acometer por abajo, pues este tipo de embestida exige mayor esfuerzo físico y dificulta la respiración al flexionar las vías respiratorias. Los ganaderos han posibilitado gracias a su selección, una embestida más por abajo que en épocas anteriores, permitiendo la plasticidad que ofrece la Tauromaquia actual”.
A fin de limitar al máximo el sangrado y agonía de los astados, los autores proponen una serie de cambios y adaptaciones, principalmente en lo que concierne a la suerte de varas, banderillas y estoques, que sean más eficaces causando el menor trauma posible en los bureles, como son reducir la puya, de modo que solo produzca un corte en la piel del animal, y que sea de forma cuadrangular y no piramidal con la que el toro no sangraría prácticamente nada. Con banderillas provistas de punzones redondos que abran una vez colocadas y no con arpones; así como espada con mayor afilado en la parte superior que permita lesionar vasos importantes y aceleren la muerte del burel, entre otros.
Interesante documento y propuestas que bien merecen la atención de todos los sectores taurino para garantizar la prevalencia de la más bella de las fiestas.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.