ALFIL NEGRO
Todos queremos ser felices,
y pensamos que cuando lo logramos
es haber conseguido nuestro sueño
que peleamos con uñas y dientes.
Y es tan importante en nuestras vidas,
que es lo que deseamos y queremos
a toda la gente que queremos,
y a todos los que casi les cantamos
que seas feliz que todo vaya bien,
y deseamos con alma y sentimiento
que los hijos y hermanos
sean por siempre felices muy felices.
Pero ¿qué es la felicidad… dónde la encuentro?
¿qué debo hacer para tenerla?,
que alguien me diga….
Y me quedo pensando y ya comprendo,
que la felicidad es un regalo,
el agua fresca de los ríos con peces,
los compañeros del viaje de la vida,
cosas pequeñas que se viven a diario.
La felicidad debe ser
ahora lo entiendo,
poder cerrar la puerta de partida,
con la tranquilidad de ver
que en el camino,
todo fue hecho con decencia
y con ternura.
Debe ser mirar con emoción
el rostro de la esposa,
y saber y entender
que junto a ella,
se caminó en las penas y alegrías,
y al estrechar su mano y ver sus ojos,
agradecer su amor y su cariño,
las mañanas de sol y de canciones,
y las tardes de llanto y de Dolores.
La felicidad con el tiempo caminado
cuando el reloj su cuerda va perdiendo,
es, y sin duda lo comprendo,
las caritas de los hijos buenos,
la emoción de sus primeros pasos,
aquel diente que un ratón filibustero
lo cambiaba por pesos y centavos,
o verlos alegres y cantando
“la patita”, “el chorrito” o “las vocales”.
Y sentirlos durmiendo en nuestros brazos,
refugio y paz de todos sus pesares.
La felicidad debe ser y ahora lo entiendo,
platicar y reír con los hermanos,
recordar los días de cuando niños
las palabras del padre y de la madre,
y ver que el tiempo
con su andar terrible,
no afecta el cariño que nos tenemos.
La felicidad debe ser y eso supongo,
mirar con emoción luna y estrellas,
sentir el aire fresco de los bosques
con olor a pino y a naranjas.
Debe ser y ahora lo comprendo,
leer un libro y olvidarlo todo,
y pensar que si no lo terminamos
vendrá otro tiempo de poder lograrlo.
La felicidad debe ser y así lo entiendo,
aceptar que esta vida pequeñita
se termina cuando menos lo pensamos,
y que del otro lado de esta vida,
alguien me espera con luces y cometas,
para vivir por siempre y para siempre,
con una felicidad que nunca acaba.