La extensión de la OTAN irrita a Rusia

En los Balcanes… su zona de seguridad

El ministro de Exteriores de Montenegro acusa a Moscú de “inmiscuirse abiertamente” en la política interna de su país
La política de incorporación a la Unión Europea y la OTAN, comenzó mucho antes de la intervención rusa en Ucrania, pero fue en 2014 cuando Montenegro inició la etapa culminada esta semana. Rusia restringió importaciones de vinos de Montenegro, “por razones fitosanitarias”, y también confeccionó una lista de políticos vetados, “como respuesta a la adopción unilateral por parte de Montenegro” de sanciones contra personas físicas y jurídicas rusas. Siguiendo los pasos de la UE, Montenegro adoptó esas sanciones en 2014 como respuesta a la política de Moscú en Ucrania y las ha ido renovando.
Bajo la presidencia de Vladímir Putin, Rusia ha pasado a contemplar los Balcanes como parte de su zona de seguridad nacional y trata de impedir que los países herederos de Yugoslavia (país no alineado) pasen a engrosar las filas de la OTAN.
Con el ingreso de Montenegro (algo más de 650.000 habitantes) en la Alianza, formalizado la semana pasada en Washington, la organización se amplía con 293 kilómetros de costa, un tanque, un obús, un ejército de casi dos mil hombres, un regimiento de honor y una banda de música.
No obstante, el 29 estado miembro de la OTAN provoca reiteradas “pataletas” en Moscú. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores ruso ha advertido que podría tomar medidas de respuesta por la decisión de Montenegro, país al que acusa de “política hostil” y de “histeria antirrusa”.
El ministro de Exteriores de Montenegro, Serdzhán Darmanovic, acusa a Rusia de “inmiscuirse abiertamente” en la política interna de su país y ha declarado a la cadena televisiva RTGG que el espionaje ruso apoya “abiertamente” a la oposición montenegrina contraria al ingreso en la OTAN.
A fines de octubre, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, viajó a Belgrado, lo que el diario ruso Kommersant interpretaba como una reacción para calmar los ánimos tras la deportación —desde Serbia— de varios rusos, acusados de preparar actos terroristas en Podgorica.
En noviembre, el fiscal Katnic dijo que los rusos habían sido organizadores del golpe de Estado, aunque admitió que la fiscalía no tenía pruebas de que las autoridades rusas hubieran participado. Rusia negó haber participado en acciones ilegales en Montenegro. En abril, Katnic envió a los tribunales una acusación contra 16 supuestos conjurados, entre ellos los dos rusos buscados internacionalmente.

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