HOMO POLITICUS
Las fobias siempre encierran temores, muchos de ellos indescifrables, encriptados en la mente y en la ignorancia o desconocimiento de la realidad.
El Brexit, ya condensa la serie de desencuentros que se esperaban ante la reacción eurofobica del Reino Unido; la psicosis de propios y extraños, la incertidumbre de los pendejos que votaron en favor de la salida de la ECU y, que no supieron el ¿por qué? De su voto; incluso, aquellos que votaron en contra, hoy son arrastrados por las parafernalias de las críticas internas y externas.
Para cagarse de la risa, la salida de Reino Unido de la ECU, no sólo trastocó las condiciones económicas y políticas de británicos y europeos, ahora, hasta las cuestiones culturales, étnicas y de relaciones humanas están en juego, al grado que han existido rupturas en las redes sociales más visitadas como el infausto y superfluo Facebook, situación que ha creado una batalla campal de pendejería y palabrería sin precedentes, donde el aire caliente se enfría rápidamente.
Es positivo estar del otro lado del charco. ¿A quién mierda, en su sano juicio le importa en México la salida de RU de UCU?, en realidad a nadie, ni comercial, ni política, ni cultural, ni religiosamente, a nadie; es en realidad una noticia que causa tanta impresión como el condón fallido de estudiante de prepa. La realidad nos hemos empantanado en una noticia a título de monserga.
Pregunta paralela, a quién mierda que ve los partidos de la Eurocopa le importa la eliminación de Inglaterra?, ¿a quién mierda en su sano juicio, le importa que Messi llorando como niño de kínder haya renunciado a la selección de Argentina?, pos a ni madres.
Más aún, la eurofobia es en realidad una forma de poner en el escenario a la alicaída Europa que mucho antes de la separación incestuosa del Reino Unido con ella, ya presagiaba los males de un continente que desfallece ante una integración que es tan sólida como la economía de Grecia, si se permite el eufemismo.