La depresión: una epidemia silenciosa

DE CUERPO ENTERO
    •    Sin lugar a dudas el estado depresivo, el abatimiento del humor, la desesperanza y la tristeza son sinónimos de la vida cotidiana de este siglo


“Nuria como todos los días escudriña temprano su figura frente al espejo, adivina rápidamente que ha engordado, que parece “una bola” y que hará falta comer menos. Sentada con sus piernas cruzadas ve las paredes desnudas de su cuarto, sabe cada centímetro cuadrado del mismo, y se da cuenta que hoy es domingo y no tiene a dónde ir, ni con quién salir. Así ha sido en los últimos cuatro años. Nuria tiene 29 años de edad, mide 1.65 centímetros y pesa 44 kilogramos. Su dieta de todos los días: un té por la mañana, una ensalada al mediodía con un poco de atún, y nuevamente té por la noche; eso sí, toma tres litros de agua al día. A pesar de que cada día siente que la ropa se le resbala, ella sigue percibiendo que está hecha “una bola” y que debe seguir comiendo “sano” y haciendo mucho ejercicio. Su menstruación como espantada se ha atrasado ya casi diez meses. Cuando se despierta siente cómo un aire helado le recorre el cuerpo, se siente triste, se siente sola y ha empezado a pensar que a lo mejor en la otra vida todo será mejor.
    Nuria es experta en eso de las REDES SOCIALES, tiene en Twitter más de 500 seguidores, y sabe mensajear en su cel a una velocidad que causa admiración. Pero Nuria está sola, sola, sola”.
Sin lugar a dudas el estado depresivo, el abatimiento del humor, la desesperanza y la tristeza son sinónimos de la vida cotidiana de este siglo. De acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Salud en México más de diez millones de personas están viviendo deprimidas, y posiblemente el 40 por ciento de las personas económicamente activas entren y salgan de la depresión.
Bien podríamos decir que hoy mismo en México, con la muerte como moneda de cambio, donde los unos matan a otros por órdenes de aquél, y donde tan solo en lo que va de este 2019 cerca de 30 mil asesinatos se han perpetrado, y las imágenes soñadoras de la 4T no llegan por ningún lado, bien todos podríamos decir que estamos en depresión.
¿Qué es la depresión?
    De acuerdo al Dr. Ramón de la Fuente se trata de un trastorno de los afectos, que se puede presentar en forma única o acompañando a otra alteración patológica. Abarca tres áreas fundamentales: las emociones: aflicción, pesimismo, desesperanza, no deseo sexual.
Área del conocimiento: está presente en la fijación casi perpetua del evento dolorosa y la transformación negativa de la auto-imagen, (“estoy hecha una bola”), con la tendencia exagerada a la autocrítica y la auto-devaluación.
El área somática: Pérdida del apetito, baja de peso que puede ser muy importante, trastornos del sueño, fobias, obsesiones, hipocondrías (inventarse enfermedades), entre otras.
La depresión es una enfermedad que paraliza a quien la sufre, que aniquila la posibilidad y la oportunidad de que encuentre un remanso de paz.
Lamentablemente se trata de un trastorno que sólo se diagnóstica entre el 20 y el 30% de los casos; los mismos médicos le hemos dado poca importancia, haciendo de un estado semejante un caso donde solo se echan porras: “tú puedes, ponte alegre”, como si la depresión fuera solo un rostro triste, o un mal momento que pasará para la siguiente semana.
La intimidad de esta enfermedad se sustenta en los cambios persistentes de los mediadores (substancias especializadas) que se encuentran en la corteza cerebral, generando el abatimiento persistente de los afectos. Es un preámbulo obligado en todos los casos de suicidio, y que requiere para su corrección apoyo psicoterapéutico y medicación especializada.
La realidad de esta enfermedad es que los médicos la hemos menospreciado, y la población no le da importancia.
Es un problema que arranca en esta COMUNICACIÓN FRÍA de nuestro siglo, donde parece que nuestros jóvenes viven en contacto con muchos conocidos, donde no pasan tres minutos sin estar moviendo como ametralladoras sus dedos sobre su iPhone 10-11 etcétera, e inmediatamente seguir solos, solos.
Nuria ha vivido esta enfermedad llamada depresión desde hace varios años, la ha sustentado en esas fuentes violentas e históricas de los seres humanos: LA SOLEDAD, LA VERGÜENZA Y LA CULPA, y la expresa a través de una anorexia cabalgante que si no se detiene puede acabar con su vida.
Hace falta volver a la comunicación tibia y serena que da el verse frente a frente, ojos a ojos y sentir lo cálido de la sonrisa. No aceptemos esta ultra-recontra moderna comunicación fría y hagamos de nuestras vidas una experiencia maravillosa de amor y afecto.
Existe momentos más proclives a la depresión como la época navideña, porque se avivan los sentimientos y se avivan las emociones. Además de una atención profesional será necesario entender el milagro de la vida y sus enormes posibilidades.
Nota: Nuria lo ha entendido; come mejor y hoy mismo recibe ayuda profesional, aceptando que la vida es lo único y más maravilloso de este planeta llamado tierra.

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