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La demencia en los adultos mayores

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PROCESO DIFÍCIL PARA LA FAMILIA Y EL PACIENTE 
La pérdida de memoria es una de las mayores amenazas para el cerebro que envejece, afectando en México aproximadamente a 1 de cada 6 de los más de 10.9 millones de adultos mayores

 

A sus 75 años mi abuela era la mujer más fuerte y grande que conocía: alta, de piel blanca y cabello obscuro y trenzado, su voz grave y carácter afanoso nos hacían saber que cuando ella alzaba la voz, ardía Troya en la casa.

 

 

La recuerdo así, siempre al tanto de sus 12 hijos, de sus nietos, de su esposo, del perro y de los pájaros de la casa, todo en sintonía y conforme a ella le gusta; su lugar más constante la cocina, donde un caldo de pollo aguardaba para alimentar a todos los que llegaban. Una comida con sabor a abuelita, con sabor a casa, con cariño y con poca sal.

 

 

Nada podía detenerla, pasarían años para que esa imagen de mujer cayera, o eso creíamos todos hasta aquel primero de septiembre cuando nos avisaron que no podía caminar, por alguna extraña razón había perdido la movilidad de casi todo el cuerpo, solo la cabeza se había salvado.

 

 

Por un momento pensamos en algo momentáneo, pero nos equivocamos. Citas al médico, semanas en el hospital, y diagnósticos nada alentadores pese a los avances, porque el movimiento se recobraba poco a poco, sin embargo mi abuela comenzó a vivir en los recuerdos y con aquellos que ya no estaban con vida.

 

 

Ahí fue cuando un diagnóstico de demencia se iba haciendo presente, y teníamos que acostumbrarnos a los cambios tan repentinos de humor y físicos. Cambios difíciles para todos los miembros de la familia, pero sobre todo para mi abuela, que iba cayendo poco a poco en su juventud, luego en su niñez y conviviendo a ratos con nosotros sin siquiera distinguir quién era cada uno.

 

 

Fueron 9 años con 5 meses los que la demencia convivió con la familia, dejando atrás el pudor, la conciencia y la independencia de una de las cabezas de la familia; demostrando a cada uno de lo que era capaz, y hasta cuanto podían aguantar. Pues la enfermedad nos hizo fuertes y más unidos, todos luchando por cuidar a una sola persona, y hacer menos perecedera la enfermedad.

 

 

El final fue difícil, pero la demencia había dejado experiencia a todos, sobre todo a quienes la cuidaron de más cerca, alimentando con papilla, agua con gotero e hidratando su piel; pero era tiempo de dejarla ir y descansar, así como de seguir adelante con su recuerdo de lo que en su momento fue Doña Gloria, mi abuela.

 

 

1 de cada 6 adultos mayores padece demencia

 

 

La pérdida de memoria es una de las mayores amenazas para el cerebro que envejece, afectando en México aproximadamente a 1 de cada 6 de los más de 10.9 millones de adultos mayores; siendo el Alzheimer y la demencia los padecimientos más frecuentes en las personas mayores a los 65 años, principalmente,

 

 

La prevalencia de demencia en el mundo habla de un 30 por ciento, de los cuales 35 millones de personas corresponden al Alzheimer; y se estima que para el año 2020, el 10 por ciento de la población de América latina se verá afectada por dicho padecimiento.

 

 

El deterioro cognitivo es la pérdida de capacidades cerebrales superiores como memoria, capacidad de juicio, lenguaje con disminución de vocabulario y lógica del discurso; así como la capacidad de organizar tareas comunes como la casa, labores manuales o el manejo de dinero, lo que provoca cambios drásticos en el adulto mayor y en las personas que los rodean.

 

 

Cintia Elizabeth Mustieles Rocha, directora del Centro Estatal de Atención Geriátrica Integral (Cesagi) en Hidalgo indicó que el deterioro se puede presentar de manera leve o avanzada; sin embargo es importante diferenciar entre aquellos cambios propios del envejecimiento que son “normales”, y los de una enfermedad cognitiva.

 

 

Sin embargo recomendó que a las primeras señales de olvidos o cambios en la conducta, se acuda a una revisión médica especializada a través de una valoración geriátrica integral, donde se evalúa el aspecto mental, emocional, funcional y social; con base a los resultados se determina el nivel de la demencia y la estrategia correcta para actuar.

 

 

Por su parte, María Antonieta Domínguez Ayala, directora de la casa de reposo para adultos mayores Geriatrik en la ciudad de Pachuca, explicó que el cuidado se debe basar en un modelo de interacción, donde se busca integrar al paciente a la sociedad lo más posible, con apoyo de instancias como esta y de médicos especializados en gerontología.

 

 

La demencia no tiene cura

 

 

Cabe señalar que la demencia es una enfermedad que no tiene cura, pero que se puede ir controlando para que el avance sea lo más lento posible; dentro de las actividades que el Cesagi ofrece, se encuentran los talleres de estimulación cognitiva, actividades de la vida diaria y reactivación física, además de trabajar en terapia con los que se convierten en los cuidadores primarios, a los cuales se les explica cuál será la forma de actuar de ahora en adelante del paciente, cómo lo deben de cuidar y estimular.

 

 

Así mismo, cuentan con un grupo de autoayuda, donde los familiares comparten sus experiencias y formas de actuar del paciente enfermo, ya que ellos son parte fundamental de la nueva vida del paciente.

 

 

Domínguez Ayala comentó que para brindar un mejor cuidado deben trabajar de la mano paciente – familia – institución especializada, a fin de contar con adultos mayores incorporados, activos, bien cuidados y con menos riesgos de sufrir una situación de desagrado, como caídas, lesiones al cuerpo o desorientación, donde incluso ya no regresan a sus hogares.

 

 

 

EL ALZHEIMER Y LA DEMENCIA SON LOS PADECIMIENTOS MÁS FRECUENTES EN LAS PERSONAS MAYORES A LOS 65 AÑOS, PRINCIPALMENTE

 

 

 

 

 

LA DEMENCIA ES UNA ENFERMEDAD QUE NO TIENE CURA, PERO QUE SE PUEDE IR CONTROLANDO PARA QUE EL AVANCE SEA LO MÁS LENTO POSIBLE

 

 

 

EL DETERIORO COGNITIVO ES LA PÉRDIDA DE CAPACIDADES CEREBRALES SUPERIORES COMO MEMORIA, CAPACIDAD DE JUICIO, LENGUAJE CON DISMINUCIÓN DE VOCABULARIO Y LÓGICA DEL DISCURSO

 

 

“POR UN MOMENTO PENSAMOS EN ALGO MOMENTÁNEO, PERO NOS EQUIVOCAMOS. CITAS AL MÉDICO, SEMANAS EN EL HOSPITAL, Y DIAGNÓSTICOS NADA ALENTADORES PESE A LOS AVANCES, PORQUE EL MOVIMIENTO SE RECOBRABA POCO A POCO, SIN EMBARGO MI ABUELA COMENZÓ A VIVIR EN LOS RECUERDOS Y CON AQUELLOS QUE YA NO ESTABAN CON VIDA.”

 

 

 

 

 

“EL FINAL FUE DIFÍCIL, PERO LA DEMENCIA HABÍA DEJADO EXPERIENCIA A TODOS, SOBRE TODO A QUIENES LA CUIDARON DE MÁS CERCA, ALIMENTANDO CON PAPILLA, AGUA CON GOTERO E HIDRATANDO SU PIEL; PERO ERA TIEMPO DE DEJARLA IR Y DESCANSAR, ASÍ COMO DE SEGUIR ADELANTE CON SU RECUERDO DE LO QUE EN SU MOMENTO FUE DOÑA GLORIA, MI ABUELA.”