La deformación de la democracia…

La deformación de la democracia…

PIDO LA PALABRA

Democracia, palabra elevada casi a nivel de sagrada y enunciada hoy día como fuente de todos los bienes sociales y derechos fundamentales de los ciudadanos; el tema de la democracia es sin duda alguna la Biblia de todos los políticos que aspiran a trascender en el acontecer de sus buenos oficios, hablar de ella se hace indispensable para aquel que pretende llegar a los lugares más recónditos y enunciar sus ofertas de campaña en busca del voto.

Sin embargo, ante la democracia enfrentamos un embarazoso problema, la definición que sobre ella tenemos, o en el peor de los casos y como me dijo una persona a la cual le pregunté sobre su entendimiento de democracia, su respuesta fue: “a la gente le gustaría saber de lo que se trata”, es decir, que mucha gente ha hecho de esa palabra su escudo de guerra, pero no sabe exactamente lo que es.

Alguien dijo alguna vez, “si no me lo preguntan sé exactamente lo que es, pero si me preguntan ya no estoy tan seguro de saber describirlo”, y eso es precisamente lo que nos ha pasado con la democracia, a diario escuchamos a alguien que habla de ella, que en su nombre y ejercicio toma decisiones, que haciendo uso de los derechos que la democracia le otorga hace señalamientos y pronuncia discursos, pero, ¿qué es la democracia?

A manera de definición muy general y sin el ánimo de hacer un tratado del tema puesto, que no es la finalidad de este artículo, diremos que la Democracia es un gobierno del pueblo, es un sistema de organización que adopta formas variadas, en el que las personas que la integran tienen la posibilidad de influir abiertamente y de manera legal sobre el proceso de toma de decisiones, es decir, es un sistema político que permite el funcionamiento del Estado con la participación auténtica de todos sus integrantes.

Sin embargo, la interpretación que de la Democracia han hecho los actores políticos, particularmente en México, ha propiciado que esté sufriendo una deformación según los intereses individuales o de grupo que la use, o incluso, viciada en algunos casos por la ignorancia o por el abuso que de ella se pretenda hacer.

En ejercicio de la democracia llegan los representantes a la curul o al escaño, en nombre de la democracia nuestros representantes toman decisiones que dicen ser para favorecer a las mayorías, en abuso de la democracia algún sujeto elabora su lista de agresiones y las derrama en sus discursos pacíficos, luego entonces, ante tantos hijos que pretendemos adjudicar a la democracia, ésta pierde paulatinamente su esencia de madre rectora del Estado.

Por eso veamos ahora la obra negra que han ido construyendo nuestros representantes que a través de procesos democráticos hemos enviado al Congreso, decía Abraham Lincoln “la democracia es un gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”, pero ¿qué ha pasado?, ¿esa premisa sigue siendo verdadera?, en teoría ese debe ser el fin y valor fundamental, buscar el bien común de las mayorías, pero sin menoscabo de las minorías, sin embargo, la práctica nos ha llevado a otra cosa muy distinta.

Actualmente -según veo ya cambiaron a la Ciencia Política- el bien común que los políticos buscan satisfacer no es el del Pueblo, sino el de sus Partidos que tutelaron o tutelarán sus candidaturas, de tal suerte que la democracia disfrazada sufre un revés conceptual y la empiezan a convertir en Oligarquía Partidista, lo lamentable es que a la vista del pueblo nos la están vendiendo bastante deformada.

La democracia no debe ser sinónimo de violencia, tampoco de chantajes o de abusos de mercenarios de la política, la democracia debe ser el medio que permita al ciudadano vivir en comunidad con libertad y no en libertinaje.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.

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