La compleja maternidad en el siglo XXI

La compleja maternidad en el siglo XXI

Entre líneas

En vísperas del día 10 de mayo, que celebramos el día de las madres, es importante recordar las cosas por las que dicha figura (una madre) es trascendental en la vida de cualquiera.

En primer término, como la escritora Martha Alicia Chávez escribió en su libro “Tu hijo, tu espejo” -por cierto, altamente recomendable para quienes busquen entender a sus “retoños”- aún sin querer, una madre nos construye inconscientemente proyectando sus anhelos y miedos, los cuales como hijas e hijos introyectamos por imitación (en forma inconsciente, sin querer).

Por ello, un primer reto como madre (y también como padre) en este ya no tan nuevo milenio, es contar con salud e inteligencia emocional que permita proyectar un ejemplo de vida estable y consciente a las y los hijos, lo cual es complicado si, por el contrario, se han introyectado ejemplos de madres y padres en conflicto no solo entre ellos sino con ellos mismos y los cuales no fueron superados (tratados en forma terapéutica especializada).

Por otro lado, un reto por demás intrincado en este nuevo milenio para las madres, es la distribución de cargas de trabajo, no solo en casa sino en el ámbito laboral, pues se presenta una desventaja real para la mujer, máxime si es madre y tiene a su cargo cuidados de crianza de hijas e hijos. 

Parece muy común que las mujeres en la actualidad no solo se dediquen al trabajo en el hogar, sino también al trabajo fuera de casa, ya sea ejerciendo una profesión, un oficio, un arte o cualquier actividad que represente ingresos económicos o patrimoniales para la familia.   

Sin embargo, aunque como mujer la maternidad es exclusiva, el cuidado de la crianza de los hijos y las labores del hogar no lo es, debe ser compartida por todas las personas que integran a la familia (padre, hijos o hijas, abuelas, etc.), lo cual, muchas veces no es así por los prejuicios o estereotipos de quienes consideran que el cuidado del hogar y los hijos (incluida su crianza) corresponde a únicamente a la madre. 

Desde luego jurídicamente no es así, atentos al principio de igualdad y no discriminación previsto en el artículo 4º Constitucional, y el artículo 217 correlacionado con el diverso 247 bis, ambos de la Ley para la Familia del Estado de Hidalgo, se establece con total claridad que el cuidado y atención de las hijas e hijos estará a cargo de ambos progenitores “quienes tendrán los mismos derechos y obligaciones de crianza, en igualdad de condiciones”. 

No obstante lo anterior, las madres también enfrentan un reto en el ámbito laboral, ya que para desempeñar un cargo u ocupación se requiere capacitación, profesionalización y especialización, lo que implica, dedicar no solo tiempo a la actividad laboral en sí, sino recibir instrucción para mejorar su competencia y productividad, lo que lamentablemente ocurre -por lo general- fuera de la jornada laboral, ocupando el tiempo de descanso, es así que tanto empleadores como patrones, aprovechan la vaguedad normativa del artículo 153-A de la Ley Federal del Trabajo, que establece que la capacitación y adiestramiento “deberá impartirse al trabajador durante las horas de su jornada de trabajo; salvo que, atendiendo a la naturaleza de los servicios, patrón y trabajador convengan que podrá impartirse de otra manera”.

Por tanto, si la madre quiere lograr una superación profesional o si requiere mejorar su capacitación para lograr algún ascenso o beneficio laboral, es necesario sacrificar sus horas de descanso, incluso, del cuidado y crianza de sus hijas e hijos -que es una obligación-, para poder tener esa igualdad de oportunidades en el ámbito laboral.

De ahí que ser madre en esta época no resulta tan sencillo, debe satisfacer las exigencias de jornadas laborales en casa, en el campo del trabajo y la profesionalización. Por lo que se habla de “doble o triple jornada laboral” la de aquéllas mujeres que además son madres. 

En síntesis, celebrar a una mujer que es madre no debería restringirse a obsequiarle algún presente el día 10 de mayo y olvidarse el resto del año que esa mujer enfrenta también los 364 días restantes, situaciones que la colocan en desigualdad, disyuntivas, sacrificios y esfuerzos que solo pueden ser compensados reestructurando las normas sociales y jurídicas en pro de la igualdad y plenitud de sus derechos, pues parafraseando aquella frase de la película Río “esposa feliz, vida feliz”, yo diría “mujer feliz, sociedad feliz”.

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