La Ciudad de México recupera “El Caballito”

CIUDAD DE MÉXICO, junio 28 (EL UNIVERSAL).- La ciudad de México recuperó este miércoles uno de sus monumentos más emblemáticos, “El Caballito”. La última vez que los capitalinos vieron a Carlos IV y a su caballo, el rostro sonriente del monarca estaba marcado por manchas naranjas y verdes provocadas por un líquido que le dejó heridas graves en 2013. Después de siete meses en terapia intensiva y una inversión de 7.5 millones de pesos, la escultura retomó su galope, con una nueva piel en tono oscuro.

La cubierta blanca que desde el domingo envolvía a la obra de Manuel Tolsá fue retirada por la mañana en una ceremonia presidida por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, y el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Miguel Ángel Mancera.
Alrededor de la Plaza Tolsá se dieron cita medios de comunicación, trabajadores que colaboraron en el proyecto, funcionarios, miembros de la sociedad civil que alertaron sobre los daños, comerciantes y trabajadores de la zona, y una vez que cayó el velo, vinieron las fotografías, los videos, las selfies.
Hacia el mediodía, la plaza que lleva el nombre del escultor valenciano que fundió la pieza hace más de 200 años se había convertido en una atracción para los transeúntes y turistas. Por la noche, la pieza estrenó una iluminación especial.
En el Patio de los Leones del Museo Nacional de Arte, García Cepeda y Mancera destacaron la labor conjunta para recuperar esta pieza que, dijeron, se ha convertido en un símbolo de la capital al ser un testigo de la vida cotidiana.
Mancera habló del compromiso que el gobierno de la ciudad, la misma instancia que en 2013 contrató a la empresa que dañó la escultura, tiene con el patrimonio histórico y que su recuperación la plaza volverá a ser un punto de reunión para la ciudadanía.
Más tarde, cuestionado sobre la lección que el gobierno de la ciudad debe aprender sobre esta fallida restauración y lo proyectos polémicos que involucran al patrimonio, como el de la Línea 7 del Metrobús, el director del INAH, Diego Prieto, señaló que “si hay que intervenir patrimonio histórico o arqueológico, deben incorporar al INAH, que es una institución prestigiada sin la cual pueden resultar accidentes como éste”.
Denuncia en la PGR, sin razones.
En el MUNAL, los encargados del proyecto de restauración que comenzó en noviembre de 2013 hablaron del proceso que implicó recuperar la escultura, de los análisis químicos e históricos que se necesitaron para elegir el acabado final, en tono verde oscuro, que se le daría a la pieza: “No se está reproduciendo el color original, el que estaba en el momento en que se inauguró la obra en 1803. Cuando hablamos de capa original, nos estamos refiriendo al material de origen, lo que vemos ahora es ese material de origen en su condición actual, con sus 200 y tantos años de envejecimiento… estamos haciendo una interpretación a partir de la evidencia material que hallamos”, precisó Jannen Contreras, coordinadora de los trabajos de restauración. Para llegar a esa decisión, indicó, se contó con la asesoría de expertos europeos.
Durante la reunión con los medios, las autoridades del INAH recalcaron el arduo trabajo que implicó la restauración de la pieza desde que el instituto se hizo cargo en abril de 2016, pero no dieron mayores razones sobre los avances en torno a la denuncia que interpusieron desde octubre de 2013 ante la PGR por daños al Monumento Histórico.
“En el aspecto de la PGR, pues creo que hay que preguntarle a la PGR, yo no tengo el seguimiento de la denuncia. Hay una denuncia penal, por su puesto, y supongo que tenemos derecho a la información y podemos pedir la información para que nos indiquen en qué estado se encuentra el expediente de la averiguación previa”, expresó Diego Prieto, director del INAH.
“No tengo esa información actualizada, el INAH se ha dedicado fundamentalmente a restituir la pieza”, añadió.
Ante la insistencia de la prensa sobre si el INAH no da seguimiento a las denuncias, el funcionario señaló que una vez que la interpone, el instituto es una instancia coadyuvante y que es la Agencia del Ministerio Público Federal la encargada de hacer las averiguaciones. “Sabemos que el expediente está en su fase de integración”, apuntó. Más tarde, el INAH mencionó que la investigación sigue en curso.
Durante los trabajos de limpieza del pedestal, los especialistas hallaron una cápsula del tiempo que fue colocada en 1979 cuando fue trasladada de la glorieta de Bucareli. Contenía monedas de la época, documentos y planos. Al sellarla colocaron documentos y objetos que atestiguan esta intervención. “No vamos a decir qué es para que cuando se haga la siguiente intervención la encuentren”, apuntó Arturo Balandrano, director de Monumentos Históricos.
Cronología:.
1795
Año en el que Manuel Tolsá diseña la escultura.
1803
La pieza es inaugurada en la Plaza Mayor, hoy Zócalo.
1852
La obra es ubicada en Bucareli y Reforma, donde permanece 127 años.
1979
Es trasladada a la Plaza Tolsá.
2013
La pieza es sometida a una intervención con una empresa que le aplicó ácido nítrico y provocó daños en 50% de su superficie.
2016
Abril. Especialistas del INAH toman a su cargo los trabajos para restaurar la obra. Tan sólo el diagnóstico requirió tres meses de labor.
2016
Noviembre. Comienza la restauración, la cual tomó siete meses.
2017
Develan la escultura totalmente restaurada.

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