La Casa Rusia busca su hueco en Davos

 

 

La Casa Rusia buscaba ser un centro de encuentro entre líderes políticos y empresariales para facilitar los negocios “y el conocimiento mutuo”, señala Roscongress, organizador del evento. A diferencia de cualquier otro acontecimiento de los que solía organizar la delegación rusa, este sí era abierto a los medios de comunicación

En la calle principal de Davos, en Promenade 72, a 200 metros del famoso Hotel Belvedere, los representantes de Rusia establecieron esta semana su centro de operaciones en la estación alpina suiza y han organizado, en cierta forma, un foro paralelo al Foro Económico Mundial con mesas redondas y debates sobre los temas en los que quiere poner el acento y su propio sello.

La Casa Rusia contaba con varios de los requisitos imprescindibles para tener éxito en el Foro de Davos; un bar abierto casi de forma permanente en el que poder degustar vino blanco de San Petersburgo, algunos caldos de Burdeos y demás bebidas con mayor graduación alcohólica; y con un escenario para celebrar pequeñas fiestas. Una cita obligada de las noches del WEF.

Ahora que Rusia no es el socio del que el Foro Económico puede presumir como lo hacía en el pasado, su papel en el programa oficial se ha visto notablemente reducido. Solo los socios estratégicos, que pagan una cuota considerable por participar en la cumbre de la élite y tener un trato preferente por parte de la organización —como el banco VTB que preside Andrey Kostin, o el Sberbank de Herman Gref—, han mantenido una presencia pública destacada en los paneles de discusión. Todo lo demás ha sido a puerta cerrada.

Después de las sanciones impuestas por la comunidad internacional tras la injerencia rusa en el este de Ucrania, la anexión de la península de Crimea y la campaña de desinformación contra numerosos procesos electorales extranjeros, Rusia se ha convertido en un socio incómodo para el Foro, pero al mismo tiempo necesario.

El propio vice primer ministro ruso, Arkady Dvorkovich, reconocía esta semana ante un pequeño grupo de periodistas el cambio de estatus del país. “He mantenido encuentros con empresas estadounidenses que tienen inversiones en Rusia y que están muy contentos con la colaboración mutua.

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