La cartilla moral

DE CUERPO ENTERO
    •    Es evidente que el anhelar una vida mejor, implica una mejor conducta con uno mismo y con todo el medio que nos rodea, como por ejemplo ahora mismo el medio ambiente


Fue en el año de 1944, cuando Manuel Ávila Camacho fungía como presidente de México, y el gran poeta potosino Jaime Torres Bodet como Secretario de Educación Pública, que surgió la idea de una cartilla moral.
    La población mexicana era analfabeta en más del 50 por ciento y desde la SEP se decidió arrancar una campaña de alfabetización donde todos participaran con la consigna: “todo el que sepa leer, tiene la obligación moral de enseñar al que no sabe entre 6 y 60 años de edad”. Para ello, se publicó: “La cartilla nacional de alfabetización”.
    Al enterarse, el filósofo y poeta Alfonso Reyes, abiertamente católico, propuso a Torres Bodet incluir en dicha cartilla “Lecciones de moral”, haciendo hincapié que junto con la alfabetización sería conveniente inculcar elementos de moral, ética y respetos, que abonarían en la construcción de mejores ciudadanos porque, afirmaba, finalmente el ser humano puede no saber leer y escribir, pero sí entender lecciones de valores dado que siempre es perceptivo.
    La historia de la “cartilla moral” es que se publicó muy parcialmente en la cartilla nacional de alfabetización, y después quedó en proyecto su publicación por separado.
    En 1984 Jesús Reyes Heroles planeó su difusión, pero antes de hacerlo la muerte le sorprendió y se canceló.
    Fue hasta 1992 con el secretario de Educación Pública de entonces, Ernesto Zedillo, que se publicó con un tiraje de casi un millón de copias, pero que a corto plazo tuvo que retirarse por confrontación con el sindicato de los maestros, porque decían, “atentaba contra el espíritu laico del gobierno republicano”.
    Finalmente, en este 2019 ve la luz, la “Cartilla Moral” de Alfonso Reyes con las siguientes palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador:
“La difusión de la cartilla moral de Alfonso Reyes es un primer paso para iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a que, en nuestras comunidades, en nuestro país, haya una convivencia armónica, y respeto a la pluralidad y a la diversidad”.
De inmediato la Iglesia Católica levantó la voz a través de su publicación “Desde la fe”, manifestando que el adoctrinamiento de los valores, de la ética y de la moral era tarea exclusiva de los padres de familia; formadas estas, en forma natural, donde el padre y la madre viven tareas específicas, y que al tratarse de “un primer paso”, seguramente se avecina ya la Constitución Moral, como ya lo había dicho antes el señor presidente. Al final, con gran soltura sentencian que el Presidente debe dedicarse a resolver los muchos problemas del país.
¿Qué dice la cartilla moral?
    Son reflexiones que siempre tiene valor y presencia, son intemporales, porque el hablar del bien como algo preciado por el ser humano, y de la necesidad de caminar por el sendero de lo que la moral juzga como correcto, será siempre apreciado y digno de imitar. En esta cartilla Alfonso Reyes enlista a manera de mandamientos (aclarando que no es su pretensión), una lista de respetos que fluyen en forma concéntrica y que tienen lógica por su objetividad:
-Respeto a la persona
-Respeto a la familia
-Respeto a la sociedad
-Respeto a la patria
-Respeto a la especie humana
-Respeto a la naturaleza
    Es evidente que el anhelar una vida mejor, implica una mejor conducta con uno mismo y con todo el medio que nos rodea, como por ejemplo ahora mismo el medio ambiente.
    Son reflexiones atinadas y significativas que deberían estar en la palestra diaria de cada ciudadano.
El problema surge porque siendo de origen filosófico, apunta a enseñanzas religiosas que, en una República Mexicana, representativa, democrática, LAICA, y federal como quedó estipulado en la reforma al artículo 40 de la constitución en el año 2012, parecería que el violar la constitución sería como poner una raya más al tigre.
Es menester anotar que en orden estricto de la congruencia, el gobierno federal poco debe involucrarse en dilemas filosóficos del bien y el mal cuando el segundo, plasmado en la violencia y la corrupción, campean con donaire por todo el país.
Es plausible el interés del Presidente López Obrador por involucrar en la Cuarta Transformación la redención del alma y del espíritu pero ¿Qué necesidad de confrontar a la iglesia? ¿Para qué despertar el filo de los cuchillos de los puristas de la carta magna? ¿Para qué hacernos dudar de la laicidad? 

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