NÚMERO CLAROS
Después del anuncio de diciembre pasado sobre el inicio de las conversaciones entre los Estados Unidos y Cuba para restablecer sus relaciones diplomáticas y poner fin al bloqueo, las cosas han comenzado a cambiar para Cuba. Ahora los países desarrollados, aún bajo los efectos de la crisis iniciada en 2008, se disputan el mercado de más de 11 millones y la formación de capital humano de la Antillas mayor del Caribe.
Aunque los españoles y canadienses hace ya algunos años están presentes en Cuba, con inversiones en el sector turístico particularmente, el eminente reinicio de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos y el fin del bloqueo, parecen haber desatado la carrera por el mercado cubano, su fuerza de trabajo altamente calificada y su enorme experiencia en ramas como la biotecnología, la salud y la educación.
La semana pasada se anunció el inicio del transporte de pasajeros en ferri desde la Florida hacia Cuba y seguramente poco a poco iremos sabiendo de nuevas medidas. Por ahora, al descongelamiento de las relaciones entre Washington y la Habana, marcado por un apretón de manos entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, durante la Cumbre de las Américas de Panamá, le ha seguido la visita de Estado del presidente de Francia, François Hollande, iniciada el domingo pasadoy concluida el lunes.
La importancia de esa visita podemos medirla por los numerosos acuerdos firmados entre ambos países, pero también porque el presidente francés pasó en la mayor de las Antillas dos de las cuatro noches de una gira que inició en las islas de San Bartolomé, San Martín y Martinica. Además de Cuba. Hollande llegó a Cuba procedente de Martinica, un territorio de ultramar de Francia, donde el sábado pasado participó en la “Cumbre Caribe Clima 2015”, preparando la Cumbre sobre el cambio Climático que tendrá como sede París este fin de año, donde se esperan importantes acuerdos para salvar al planeta del desastre.
Pero no sólo ha sido Cuba el primer país que es visitado por un presidente francés en su historia, también Haití ha sido incluido en la gira del mandatario francés. Haití tendrá el honor de tener como huésped al primer jefe de Estado francés desde su independencia de Francia en 1804.
Aunque Francia ha insistido en la necesidad de eliminar el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y cada año, desde 1991, París voto a favor de la resolución que pide el levantamiento del embargo en la Asamblea General de la ONU, las relaciones entre Cuba y la Unión Europea se habían enfriado en los últimos años. Ahora, después de iniciado el proceso para el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, todos los mandatarios de que en los últimos años le dieron la espalda a Cuba desean formar parte de este proceso histórico.
Hollande ha disco que los lazos históricos y profundos entre el pueblo francés y el cubano han estado siempre presentes y ha enfatizado en la importancia del proceso de restablecimiento de las relaciones entre La Habana y Washington, señalando que Francia, con la Unión Europea, va a acompañar a Cuba en este proceso, diciendo que Cuba va a tener en Francia un fiel aliado siempre. Pero en este tema no sólo los franceses quieren apuntarse, también México ha manifestado su interés por sumarse al proceso como “país acompañante”, a lo que valdría la pena preguntarnos ¿En realidad, Cuba y los Estados Unidos necesitan de acompañantes en este dialogo? ¿Cuál sería su aportación?
Lo cierto es que todo parece indicar que con la llegada del verano en el Hemisferio Occidental, las relaciones entre Cuba y Occidente parecen calentarse, pese a que los medios francés siguen calificando al gobierno revolucionario de la isla de la “última dictadura Comunista en el mundo”. Sin embargo, seguramente en los próximos meses veremos desbordada la capacidad de alojamiento turístico en la isla con la llegada de más turistas franceses y estadounidenses, los que desean disfrutar ahora de la los atractivos turísticos cubanos sin temor a represarías en sus países de origen.
El reto para Cuba será luchar por cambiar el concepto actual del turismo, calificado más como un turismo sexual que familiar, al cual ha contribuido México lamentablemente y el deseo de muchos cubanos de emigrar por esa vía a los Estados Unidos. Seguramente, en unos pocos años veremos desarrollar el turismo de masas en Cuba, el turismo familiar, que podría impulsar el desarrollo de ese país, pero que sin una buena planificación, y dirección, podría impactar negativamente la sociedad cubana.
Por ahora, cinco meses después del deshielo de las relaciones, anunciado simultáneamente por Washington y La Habana en diciembre pasado, y dos años después del inicio de este proceso de acercamiento, los operadores turísticos de los Estados Unidos y de Francia están encontrando un enorme entusiasmo entre sus clientes por este destino paradisiaco.
Lo cierto es que Cuba tiene todo para hacer del turismo una de sus principales fuentes de ingresos; en pocos años, el desarrollo de la infraestructura hotelera de la isla y los servicios aéreos podría hacer de Cuba un serio competidor para las Antillas francesas, la República Dominicana y Cancún. Los inversionistas están ahí, listos para desembarcar en la isla y quieren darse prisa para llegar.
Lo importante de esta visita del presidente francés a Cuba, es que seguramente otros presidentes del mundo occidental pronto estarán ahí. Por ahora, lo sobresaliente ha sido el llamado del presidente François Hollande para quese elimine de inmediato el embargo económico de Estados Unidos contra Cuba, el cual ha afectado el desarrollo de la mayor de las Antillas.
Al respecto, en su discurso en la Universidad de La Habana, el presidente de Francia afirmó que hará todo lo posible para ayudar a que la apertura de la isla permita eliminar las medidas impuestas por Estados Unidos, las cuales han obstaculizado el desarrollo de Cuba, refiriéndose al embargo impuesto desde 1962. No obstante, no es el presidente demócrata Barack Obama quien puede eliminar por decreto ese bloqueo, el Congreso controlado por los republicanos, es el único que tiene la prerrogativa constitucional para hacerlo.
