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La burra no era arisca…

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TEMPORAL

Dice el presidente que México “está plagado de incredulidad y desconfianza”. Y es cierto. No hay confianza para con la administración pública federal. Particularmente en casos paradigmáticos como el de los desaparecidos de Ayotzinapa; la “casa blanca” presidencial; etcétera, etcétera. Sin olvidar los asuntos relativos a la elección presidencial de 2012 –las tarjetas Soriana o Monex, p.e.-.

 

Incluso se desconfía de las detenciones de grandes capos del narcotráfico como “El Chapo” Guzmán, entre otros.

Pero es natural si consideramos que por décadas no ha existido un vínculo estrecho entre gobierno y ciudadanos, entre mandatarios y presuntos mandantes. Excepto cuando de procesos electorales se trata, donde el apapacho hacia las fuerza vivas por parte del partidazo –también por parte de otros institutos políticos- es evidente.

Un reporte del International Crisis Group (ICG) va más allá: concluye que las autoridades mexicanas en los tres órdenes de gobierno “no han sido capaces de contener la crisis de confianza”. Por lo que incluso puede ser vista, ésta sí, como una verdad histórica (vox populi, vox dei), y mucho tiene que ver en ello la ausencia de compromiso efectivo para resolver las problemáticas existentes.

Tres son los temas que sobresalen: seguridad, transparencia y economía. No obstante hay otros que pueden ser vistos de manera más puntual. Nada mejor para ello que los compromisos de campaña firmados por EPN ante notario.

El compromiso no. 6, por ejemplo, se refiere a escuelas dignas: luz, agua, baños, mobiliario, equipo e instalaciones en buen estado para las escuelas de todas las comunidades indígenas del país. Compromiso no cumplido. Incluso escuelas citadinas carecen de instalaciones adecuadas y los gastos corren por cuenta de padres y madres de familia.

El compromiso no. 9, plantea un nuevo modelo de formación y profesionalización policial, con academias regionales para entrenar a los policías de todos los niveles de gobierno. Compromiso no cumplido. Hay buenos elementos policíacos, pero carecen de los elementos necesarios para hacer bien su trabajo o están maniatados por el resto del aparato de justicia. Aún se debate sobre el mando único.

El compromiso no. 14 establece que el Programa Oportunidades continuará y crecerá, y que los beneficiarios de este programa social seguirán recibiendo apoyo. Es decir, la pobreza (alimentaria) no se ha erradicado, como propone el compromiso no. 11. La verdad que uno no entiende cómo es que se combate la pobreza repartiendo televisores digitales a los 13.8 millones de hogares inscritos en el padrón nacional de beneficiarios de programas sociales de la Sedesol. ¿Al pueblo poco pan y mucho circo?

El compromiso no. 82 se refiere a la nueva refinería en nuestra entidad. Su construcción fue postergada indefinidamente. Un compromiso más sin cumplir, al que podemos sumar muchos otros compromisos no cumplidos en los tres órdenes de gobierno.

Por eso digo que la burra no era arisca…