Siglo XVII, Gran Bretaña. Un religioso que desea leer la palabra de Dios abre el armario de su casa y saca de su interior la Sagrada Biblia. Con cuidado, la despliega. Es una edición ideada un año antes por Robert Barker y Martin Lucas. Sin prisa, decide detenerse en los Diez Mandamientos. Los ha leído más de cien veces. Repentinamente, posa sus ojos sobre el sexto: «Cometerás actos impuros». Extrañado, vuelve a mirar, pero la frase no ha cambiado. «Cometerás actos impuros».
Esta situación, provocada sin duda por un error tipográfico, trajo consigo un revuelo generalizado que acabó con una severa multa al editor principal de la misma y con decenas y decenas de estos libros en la hoguera. Y es que, para muchos, este error significó que el texto estaba maldito y debía ser eliminado de la faz de la Tierra.
«Se cree que en la actualidad sólo quedan 9 copias. Estos libros fueron increíblemente raros y ahora son muy buscados. Aunque la Biblia fue controvertida, ahora es un trozo importante de Historia», explica Simon Roberts, experto en el tema, en declaraciones un diario digital.