Justicia en propia mano

TERRAZA

Gente enardecida de tres municipios de Puebla le han arrebatado la vida a cinco personas este año. La causa: las señalaron de ladronas o asesinas. De enero a la fecha, han ocurrido 37 intentos de muchedumbres de hacerse justicia por mano propia.

 

Cuando escuchamos o leemos en las noticias sobre crímenes de alto impacto y violencia desmedida; enseguida pensamos en países no desarrollados y en sus constantes situaciones de guerra y/o fanatismo religioso.

En una economía emergente como la nuestra, tenemos todo para informarnos de nuestros derechos y obligaciones como individuos; y reconociendo que nos falta mejorar en muchos aspectos la inseguridad es un reto de todos los días, tanto para ciudadanos como para autoridades. A pesar de ello, podemos considerarnos parte de una sociedad pensante y critica.

Siempre nos indigna escuchar sobre algún cártel o grupo delictivo y sus actividades, condenamos de manera enérgica las fatídicas cifras en muertes de inocentes y exigimos un castigo ejemplar para los responsables, así mismo condenamos también a las autoridades que no cumplen con sus obligaciones de cuidar el orden público.

Desde enero a la fecha, cada 10 días se ha registrado un hecho en que una multitud enardecida con o sin razón trata de hacerse justicia por propia mano.

Gente enardecida de tres municipios de Puebla le han arrebatado la vida a cinco personas este año. La causa: las señalaron de ladronas o asesinas. De enero a la fecha, han ocurrido 37 intentos de muchedumbres de hacerse justicia por mano propia.

Las cifras son pavorosas, de acuerdo con Jesús Rodríguez Almeida, secretario de Seguridad pública en el estado de Puebla, policías han rescatado en lo que del año a 37 personas a quienes han intentado linchar.

La noche de este lunes pasado, ocurrieron dos asesinatos que suman cinco víctimas este año: dos hermanos fueron sacados de la comandancia de policía golpeados y quemados vivos, acusados de intentar secuestrar a una menor; a pesar de que la misma menor agredida indicó que ellos no eran sus agresores, la turba consumó los crímenes.

Es importante en este lamentable suceso, tomar en cuenta dos factores que a pesar de que no se destacaron en la información pero que deben ser analizados con detenimiento por la opinión pública: el primero de ellos es el pánico, que surgió del arma de dos filos que representan las redes sociales, a muchos poblanos les llegó información mediante sus cuentas de facebook, de que había unos secuestradores en la zona la inmediatez de la escueta información, no les permitió discernir las características o la forma concreta de operar de los delincuentes; por lo que la paranoia se apoderó de ellos y actuaron en consecuencia.

En segundo lugar, se tiene una falta de respeto de la sociedad en esa región y en todo el país por las autoridades, las cuales si detuvieron por cierto a los jóvenes ante la demanda de algunos pobladores de Ajalpan, pero no lograron detener el terrible linchamiento, por el contrario también fueron golpeados.

Recurrir a la ley del Talión no nos hace mejores ciudadanos y tampoco tiene congruencia ni lugar en una sociedad como la nuestra. El progreso que tanto buscamos los mexicanos, no se realizará por obra y gracia de las autoridades, tampoco se arreglará con “escarmientos” sin importar si se hacen a inocentes o culpables.

Las autoridades, en este caso las poblanas están tomando cartas en el asunto por la terrible tragedia de la muerte de dos hermanos que hacían encuestas. Colaboremos todos, a denunciar sin delinquir y sin convertirnos en delincuentes. Así pues, la cultura de denuncia, apegada al conocimiento de los derechos humanos debe ser inculcada a los más jóvenes; de esta manera podremos vivir en comunidad más sana, capaz de exigir un trabajo impecable a las autoridades.

Es también vital que colaboremos con la información que compartimos en las redes sociales, aún no alcanzamos a visualizar el poder que tienen y mucho menos todo lo malo que pueden desencadenar si no se manejan con extremado cuidado.

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